¿Y ahora qué?

15/03/2020 la fecha que recordaremos como el día en que todo cambió.

Durante meses en los informativos nos habían hablado del coronavirus, nos bombardeaban con noticias de lo que estaba ocurriendo, pero nadie nos preparó para lo que estaba por venir. Ese domingo 15 de marzo todo se paró en seco, se decretó el estado de alarma, y la gran pregunta era, ¿y ahora qué?

Estábamos siendo testigos en primera persona de una crisis sanitaria a nivel mundial que indudablemente iba ligada a una crisis económica, y por consiguiente al empleo.

Empezó a escucharse esa palabra que para muchos era desconocida, ERTE (Expediente de Regulación de Empleo  Temporal), y gran parte de las empresas decidieron acogerse a  esta opción ante la incertidumbre de lo que iba a pasar. La otra palabra que ha marcado esta crisis del coronavirus ha sido TELETRABAJO, y todo aquel que la pronunciaba sentía un alivio al poder decir en alto que continuaba trabajando.

Como muchos otros trabajadores, todos los técnicos de la Asociación, cambiamos los despachos por los salones y habitaciones de casa; a los compañeros por familiares, compañeros de piso o mascotas. Pero pese al reto que nos suponía enfrentarnos al teletrabajo y adaptar la atención, continuamos, como siempre, al pie del cañón.

Desde el programa de itinerarios personalizados de inserción sociolaboral para personas y jóvenes con discapacidad tampoco paramos de trabajar.

         

 

La situación laboral era completamente inestable, y participantes del programa se vieron afectados por ERTEs. Por lo que las primeras semanas de trabajo se centraron en ayudar a los participantes en la gestión de su ERTE, en mediar con las empresas, así como con el ECYL, el SEPE y otros organismos de la administración.

El seguimiento en el puesto se desarrolló en su totalidad mediante llamadas telefónicas y se volvió más constante, para de este modo asegurar que los participantes que se encontraban empleados contaran con los EPIs apropiados para la realización de su tarea y pudieran desahogarse con respecto a la nueva situación laboral que estaban viviendo.

Apostamos por la formación a distancia, y para ello elaboramos unos cuadernillos de actividades que repartimos entre los participantes. Estas actividades tenían como objetivo principal mantener a la persona activa, ayudándola a plantearse nuevos objetivos laborales, definir un objetivo profesional, aprender a analizar el mercado de trabajo, adquirir y repasar conocimientos en competencias digitales y practicar técnicas de motivación. También aprovechando el Campus Virtual de nuestra Federación Salud Mental Castilla y León.

(Especial mención, a todos los compañeros de la Asociación que elaboraron material con actividades de ocio en casa, de las que se pudieron beneficiar los participantes del programa. GRACIAS COMPAÑEROS!!!)

Y aunque en un principio parecía imposible, poco a poco fuimos viendo la luz al final del túnel. Las empresas volvieron a llamar para solicitarnos candidatos para diferentes ofertas de trabajo. Se empezaba a ver un ligero movimiento en las empresas. El objetivo del programa volvía a estar presente, conseguir la inserción sociolaboral de personas y jóvenes con discapacidad. Debido a las circunstancias que estábamos viviendo, la mayoría de las ofertas eran para puestos de limpieza (tan necesaria en estos momentos)

Estábamos viviendo un cambio en la manera de trabajar, un cambio en la gestión de las ofertas, un cambio en las entrevistas de trabajo que ahora se realizaban por teléfono, un cambio en el modo de realizar las incorporaciones al trabajo y un cambio en la realización del seguimiento en los puestos. Pero todos esos cambios, nos animaron a seguir trabajando, a contactar con las empresas, a prospectar desde la distancia, pero siempre con el mismo entusiasmo.

Todo este esfuerzo tuvo su resultado, y ahora 79 días después de aquel 15 de marzo, podemos anunciar orgullosas que durante este tiempo desde el programa de itinerarios hemos conseguido 9 contrataciones y que 43 personas se hayan formado a distancia.

Porque si algo hemos aprendido de esta crisis, es que nada nos frena, que aunque a veces parezca imposible somos capaces de reinventarnos, y que con filosofía y buen humor, todo se lleva mejor.

El coronavirus no nos para!!!

 

Fdo. Celia Mínguez Sebastián

Técnico de Inserción Laboral de Salud Mental Aranda