SKY ROJO O CÓMO HABLAR DE TRATA DE BLANCAS EN 2021

Hace unos meses Netflix anunciaba un nuevo proyecto, se iniciaba la grabación de la nueva serie Sky Rojo, de los mismos creadores que “La Casa de Papel” y protagonizada por Asier Etxeandia, Miguel Ángel Silvestre, Verónica Sánchez, Lali Expósito y Yany Prado; lo que parecía ser un éxito asegurado.

La historia se centra en la huida de Coral, Wendy y Gina, tres prostitutas que emprenden una huida en busca de su libertad, mientras son perseguidas por Romeo, el proxeneta del club en el que trabajan y sus secuaces Moisés y Christian.

Una vez estrenada la serie ha recibido críticas tanto positivas como negativas. Para unos es una manera de dar a conocer la realidad de los clubs y para otros no es más que un entorno en el que se desarrolla la historia de acción y persecución.

Personalmente, me sorprendió gratamente la trama, la historia se centra en la persecución a lo gato y ratón entre las chicas y los chicos, con un toque de Tarantino, humor negro, acción y una banda sonora perfectamente sincronizada con cada escena. Pero lo que más me ha sorprendido ha sido la visión que han mostrado de la prostitución. Puedes estar más o menos de acuerdo con los comentarios de uno u otro personaje, pero está claro que no deja indiferente a nadie.

En la serie se pueden distinguir tres visiones de la historia, la del proxeneta, la prostituta y el cliente, cada cual más impactante:

La de Romeo (Asier Etxeandia), el proxeneta y dueño del club:

“La gente habla de pensar con la polla como algo despectivo. Pero los grandes logros en la humanidad han sido gracias a ella. ¿Por qué creéis que Colón se fue a América? Se imaginó la cantidad de indígenas que se podría follar sin tener que dar ninguna explicación. La pintura francesa más iconoclasta se ha hecho en un burdel. La escultura griega, las tres gracias, la maja de Goya… toda la historia del arte está pensada para hacerse pajas. Hasta el puto Neil Armstrong puso un pie en la luna porque sabía que al volver se pondría malo de follar. La polla es la que mueve el mundo”

La de Gina (Yany Prado), una de las protagonistas:

«Si un soldado metiera su verga en la boca de una mujer hasta hacerla vomitar, podría ser denunciado en cualquier país del mundo. Sin embargo, en un club puedes hacerlo por 50 euros y nadie dice nada. Un burdel es una realidad paralela… A todas nos dicen que venimos de camareras, pero no es así. Ni vivimos en un campamento de verano aunque durmamos todas juntas. Ni contamos a la familia las aventuras de nuestro viaje. Ni nos gusta estar de fiesta todo el día. Ni nos encanta culear con ningún papito. Ni todas las vergas son las más grandes que hemos visto».

Y la de Alfredo (Luis Zahera), un cliente del club:

“-Yo siempre os he tratado con respeto, si voy al club charlamos, tomamos algo, nos reímos, hacemos lo que hacemos. A veces tenéis orgasmos…. Yo no tengo la culpa de lo vuestro.

-¡Sí la tenés! Porque pagas por follar, ¿de verdad crees que lo hacemos libremente nosotras? ¿De verdad crees que es agradable para mí?

-Si no hubiera personas que pagaran por follar, no habría personas como nosotras secuestradas”

Dependiendo del espectador puede ser una serie revolucionaria o burda, lo que sí está claro es que no deja indiferente a nadie, poniendo en primer plano el tráfico de personas para que ejerzan la prostitución, tema que sigue estando a la orden del día.

Cada una de las protagonistas cuenta su propia historia acerca de cómo acabaron ejerciendo la prostitución. Una de ellas es víctima de una mafia que le promete un trabajo como camarera en España y que se ve obligada a prostituirse para pagar la deuda que ha generado con el grupo que la trajo a nuestro país, una historia que tristemente se repite cada día.

Lo que sí que le tenemos que agradecer a Sky Rojo, es el que ha vuelto a poner sobre la mesa la trata de blancas, la explotación sexual e incluso el debate de si legalizar o no la prostitución.

Fdo. Celia Mínguez Sebastián