DESDE MI VENTANA

Durante los 99 días que duró el “ESTADO DE ALARMA” o “CONFINAMIENTO”, ¿qué he observado desde mi ventana?

El primer día de esta situación que nos tocó vivir, como era domingo, quizás algo de silencio en la calle, sobre todo por la tarde, pues no vi a nadie pasear, ni coches, pero parecido a cualquier domingo de invierno. Fueron pasando los días y entonces sí que  observé un silencio nada habitual, sobre todo durante las semanas más duras. Poco a poco vi como mis vecinos iban arreglando los jardines, podando los setos, cortando el césped, podando los frutales.

Observé como las ventanas y balcones se llenaban de banderas y dibujos de arcoíris. Alguna tarde que otra que me sentaba a tomar un café en mi terraza, veía, a lo lejos, a una persona dando paseos en su terraza y pensaba, “otra persona afortunada como yo,  pues al menos tenemos una terracita donde salir, dar unos pasitos y tomar el sol”.

Cuando miraba hacía la Autovía (A1) vi como solamente pasaban algunos camiones y muy de vez en cuando algún coche, al igual que por la N-122, la carretera que va hacia el polígono industrial, y me invadía una gran tristeza, pensaba: ¿cuándo volverán a verse las carreteras y calles llenas de vehículos?, me daba la impresión de estar en un sueño, sobre todo por ese silencio inusual, que se rompía cada día a las 8 de la tarde, con los aplausos de los vecinos, con los que me emocionaba, sobre todo en los días más difíciles, y alguna lagrimita que otra se me escaba, pues pensaba en las personas que se iban y en la gente que tenía que seguir trabajando y dando todo para vencer a este “Covid-19” y para que el país no se parase del todo.

Un día, durante estos aplausos hubo algo que me llamó la atención, a la derecha de mi terraza hay una residencia de personas mayoras, vi salir a una trabajadora, con la cabeza baja, pensé, ¿cómo habrá sido su jornada?, sobre todo los días en que vi a la UME (Unidad Militar de Emergencias) y los Bomberos de Aranda ir a desinfectar la residencia, y deseaba que todo terminase pronto para que esa persona y muchas otras se pudieran ir a sus casas o donde quisieran como antes de esta “pandemia”.

A lo largo de este tiempo, desde mis ventanas y terraza, he observado muchas cosas, cosas en las que quizás no me había fijado antes o que no apreciaba tanto. He visto como los lilos y los frutales durante la primavera, que se nos escapó, florecían, como esas flores desaparecían y como las flores de los frutales se convertían en frutos, con la llegada del verano.  A lo lejos vi como los páramos iban cambiado de color, como en primavera estaban de un verde que quizás nunca había apreciado, sobre todo con la puesta del sol, pasada la primavera algunos campos se divisan amarillos, campos de cereal, y otros están más verdes, campos de viñedos.

En definitiva, con el paso del tiempo he observado como la naturaleza seguía su ciclo de vida, quizás ajena a lo que las personas estábamos viviendo y sólo podíamos mirar desde nuestras ventanas.

También vi cosas que no me gustaron, sobre todo con las “Fases de Desescalada” y pensaba: “NO, ASÍ NO SALIMOS DE ESTA, QUE ESTO ES COSA DE TODOS”. En fin, no merece la pena mencionarlo ahora que ya podemos disfrutar, dentro de unas normas sanitarias, de las cosas que durante muchos días observamos desde nuestras ventanas.

Ahora que ya estamos inmersos en esta llamada “nueva normalidad” y veo que las calles están llenas de personas paseando, de coches circulando, lo que pienso, sentada en mi terraza, es que ojala nunca más volvamos a escuchar ese “silencio extraño” en nuestras calles, que toda la población sea responsable para no volver a ver pasar las estaciones del año desde nuestras ventanas, como el otoño con sus ocres y demás colores que nos alegran la vista. Y sobre todo que podamos disfrutar, en plena naturaleza, de esos arcoíris, que llenaron muchas ventanas, que cuando los miremos nos acordemos de lo que ha vivido nuestra sociedad, que permanezcan en nuestra memoria y no se nos olvide lo duro que puede llegar a ser ver pasar la vida desde una ventana.

 

MendyLuna

 

 

FAMILIAS EN “CONFINAMIENTO” ¿Somos Todas “Iguales”?

Desde que se decretó en nuestro país el “Estado de Alarma”, aquel 15 de marzo de 2020, cuando nuestras vidas cambiaron por completo, cuando nos tuvimos que quedar en casa y las familias tuvimos que acostumbrarnos a pasar las 24 horas del día juntos, sin poder salir a la calle, sólo para lo imprescindible. En los distintos medios de comunicación y redes sociales hemos visto imágenes, escuchado situaciones y circunstancias de cómo lo estaban pasando muchas familias, unas con menores en casa y teletrabajando, otras que tristemente habían perdido algún familiar y no se habían podido de despedir de él, otras contándonos la preocupación por el familiar que está en una residencia de mayores, en fin, infinidad de situaciones, pero ¿cómo hemos vivido el “Estado de Alarma” las Familias con algún familiar con Capacidades Diferentes?

Estas familias, al igual que el resto, hemos tenido que adaptarnos a la situación, reinventarnos, pero con la característica de tener un miembro de nuestra familia con Capacidades Diferentes. Nos invadió el miedo, la preocupación, la incertidumbre por cómo íbamos a afrontar esta situación, imagino que como muchas otras familias, pero con una particularidad: Las familias que conviven con un familiar con Capacidades Diferentes tuvieron que hacer un gran esfuerzo para hacerles entender lo que estaba pasando, pues sus centros ocupacionales se cerraron, se rompió su rutina diaria, tan beneficiosa y necesaria para ellos. Otras cuyo familiar se quedó en el Centro Residencial, Vivienda Tutelada o Supervisada donde vive, tuvieron que adaptarse a tener contacto solamente por teléfono o a través de videollamada. Otras cuyo familiar estaba en casa ese fin de semana y no pudo regresar a su Centro Residencial o Vivienda, han tenido que aprender a convivir las 24 horas con él y no sin dificultades. Otras con más angustia al saber que su familiar ha tendido que  ir trabajar, al considerarle personal imprescindible, pues muchas personas de este colectivo, trabajan en el servicio de limpieza. También preocupadas porque en algún Centro Residencial, tristemente, ha fallecido algún residente por este bichito llamado COVID-19. En fin, multitud de situaciones vividas y de las cuales NO se ha hablado, no hemos sido noticia, quizás algún medio local, ¿por qué?, la respuesta puede que sea otra pregunta: “¿quizás seguimos siendo invisibles para la sociedad?”. NO, al menos eso creo, espero  y deseo. Aunque sí  se habló de estas familias, fue durante la primera semana del confinamiento cuando algunas personas no entendieron que determinados colectivos tenían permisos especiales para lo que se llamó “paseos terapéuticos” y lamentablemente empezaron a increparles desde las ventanas o balcones. Por esos tristes sucesos sí fuimos noticia, que pena.

Ahora, que ya ha finalizado el “Estado de Alarma” y estamos en la llamada “nueva normalidad”, oímos hablar de cómo va a ser la vuelta al cole de nuestros peques, a la universidad, de planes para los distintos sectores industriales y empresariales, reapertura de las residencias de mayores,…., como familiar de personas con capacidades diferentes, me pregunto: ¿cuándo se va a mencionar como va a ser la reapertura de los centros, de las residencias de estos colectivos? Las Gerencias de Servicios Sociales de cada Comunidad Autónoma van dando indicaciones, pero seguimos sin aparecer en los medios de comunicación, en alguno local sí nos han tenido en cuenta, pero a nivel nacional, ¿permanecemos ocultos “debajo de la alfombra”? o ¿en ese cajón que nadie lo abre?, con el paso del tiempo lo veremos.

Lo que sé es que el Colectivo de Capacidades Diversas somos parte de la sociedad. En esta pandemia que seguimos viviendo, se nos considera “personal vulnerable” pero da la impresión que no se acuerdan de nosotros, que no somos noticia, a pesar de haber vivido también situaciones muy complicadas. Como familiar, no pido que se nos dé un trato especial, solamente que se nos tenga en cuenta, que de vez en cuando se acuerden de nosotros, nos mencionen en los distintos medios y sobre todo que nos escuchen; mientras tanto las familias, desde nuestras asociaciones seguiremos poniendo nuestro granito de arena para dar voz a nuestros movimientos asociativos, para hacernos más visibles y para lograr que se rompa la todavía estigmatización que existe hacía los colectivos de Capacidades Diversas.

Afortunadamente, estas familias, como he mencionado, tenemos a nuestras asociaciones que se han preocupado por nosotros siempre y ahora con más dedicación, como es el caso del Movimiento Asociativo al que pertenezco, Salud Mental. Desde el primer momento, del confinamiento también han estado pendientes de las familias, tanto desde Confederación Salud Mental España, como desde Federación Salud Mental Castilla y León, y  por supuesto desde la Asociación Salud Mental Aranda, a través de las redes sociales y otros medios, no han parado de darnos información para afrontar lo que está pasando.

Las familias de Salud Mental Aranda, hemos tenido y seguimos teniendo todo el apoyo necesario de nuestra asociación. Los profesionales se han organizado para estar en contacto con todas las familias. Cada familiar tenemos un profesional de referencia, que se encarga de llamarnos una vez a la semana, y si alguien necesita más atención se le presta. Nuestro profesional de referencia no se ha limitado a preguntarnos: ¿qué tal estas?, ¿cómo llevas la situación?, se ha convertido en un apoyo esencial y muy beneficioso, pues es la persona con la que compartimos nuestras incertidumbres y preocupaciones, quien se ha encargado de saber cómo está la situación en nuestro hogar debido al confinamiento, quién nos aconseja, nos tranquiliza, en definitiva, quién nos escucha pacientemente. Y por supuesto, también tenemos el apoyo de nuestra psicóloga, que en todo momento ha estado y esta  pendiente de las familias. A su vez, algunas familias, que compartimos diversas actividades en la asociación, hemos estado en contacto, sobre todo las que formamos parte del GAM Familias, (GAM, son las iniciales de Grupo de Ayuda Mutua). Es un grupo donde se comparten experiencias, donde aprendemos a cuidarnos, a empoderarnos, a seguir pautas para la mejor relación con nuestro familiar, etc. y guiado por nuestra psicóloga. Este grupo también ha tenido que reinventarse, poco a poco hemos conseguido seguir reuniéndonos, en nuestro horario habitual, a través de las nuevas plataformas digitales, no sin esfuerzo, pues todas las personas no estamos igual de familiarizadas con las nuevas tecnologías, pero con un poco de ayuda y colaboración entre todos, lo hemos conseguido. En las reuniones no estamos todos, pero cada día somos más, a veces fallan las conexiones, otras el audio, el video, pero seguimos intentándolo pues en estos momentos es cuando más necesitamos apoyarnos entre nosotros.

Por último, quiero enviar una GRAN FELICITACIÓN, en el 20 Aniversario de Salud Mental Aranda, a toda la Gran Familia de la Asociación, formamos un equipo  maravilloso y tod@s junt@s seguiremos poniendo voz a la Salud Mental en Aranda y en el entorno rural.

Saludos (virtuales) – Hasta Pronto

MendyLuna

 

#YO ME QUEDO EN CASA

Han pasado 60 días desde que esta frase empezó a formar parte de nuestras vidas. Un domingo primaveral, aunque todavía estábamos en invierno, 15 marzo de 2020, impensable no salir a la calle, claro ¿cómo nos íbamos a quedar en casa con el buen día que hacía?, pero sí nos tocó QUEDARNOS EN CASA por culpa de un bichito que llevaba rondando por el mundo unos meses y también nos golpeó de pleno. Todo cambió a nuestro alrededor, parecía como si alguien hubiese apagado el interruptor, como una frenada en seco, y claro, prácticamente todo nuestro pequeño mundo paró.

También empezaron a formar parte de nuestro vocabulario cotidiano otras palabras, como: CORONAVIRUS, COVID-19, CONTAGÍO, PANDEMÍA, ESTADO DE ALARMA, CUARENTENA, CONFINAMIENTO, DISTANCIAMIENTO SOCIAL, algunas de ellas hacía un tiempo que las escuchábamos pero nos sonaban como muy lejanas. Quizás  pensábamos que ese bichito, que viajaba de país en país, no se iba a pasear por el nuestro, hasta que poco a poco fuimos viendo que llegaba, y claro también llegó para quedarse. Pero no fue hasta ese pasado día, 15 de marzo, cuando realmente empezamos a tener conciencia de lo que estaba pasando a nuestro alrededor.

Hasta ese día, estábamos tan a gusto con nuestras vidas, como ibamos imaginar que algo así nos pudiera pasar y llegar tan de cerca, ni en la peor de nuestras pesadillas, “eso sólo pasa en las películas”, pero vimos y seguimos viendo, que no es ni una película ni un sueño, ni una pesadilla, es la nueva situación que nos ha tocado vivir, por culpa de un VIRUS (bichito), algo invisible que nos ha cambiado todo por completo, nuestras vidas, nuestras rutinas, nuestro día a día, nuestra forma de ir a la compra, al banco, al médico, al trabajo, las relaciones personales,…

Comenzamos a ver las calles vacías desde nuestras ventanas, balcones o terrazas, al principio, sólo podíamos salir de casa para lo imprescindible, excepto las personas que son necesarias para acabar con este bichito, las elementales para que no se rompa todo nuestro entorno y sobre todo las personas que trabajan, ayudan o colaboran atendiendo a las personas más necesitadas. Nos lo tomamos como algo necesario, esto de quedarnos en casa, debido a las noticias que nos llegaban a través de distintos medios (muy duras), seguramente al ver esas imágenes, es cuando realmente nos dimos cuenta de lo que estaba pasando  al otro lado de la puerta de nuestra casa.

Los primeros días fueron un sin parar de llamadas o VIDEOLLAMADAS, VIDEOCONFERENCIAS sobre todo a los más allegados, para preguntar cómo estaban y comenzamos a pronunciar,  las palabras: ÁNIMO y CUÍDATE, con más fuerza que nunca, a la vez que con algo de miedo, al ver lo que estaba pasando. También, muchos de nosotros, nos tuvimos que poner las pilas en las nuevas tecnologías, algunos para TELETRABAJAR, otros en redes sociales para contactar con varios familiares o amigos a la vez; los estudiantes para seguir con sus clases, en fin que esta nueva forma de hacer las cosas se implantó, y sigue, en nuestro día a día. Surgieron multitud de ideas de diferentes colectivos para entretenernos, sobre todo en las redes sociales, uff, ¡que saturación!, me pregunto: ¿sí tendremos tiempo para disfrutar de todo mientras estemos confinados?, el tiempo lo dirá. Surgió una iniciativa, más bien la copiamos de Italia, los aplausos de toda la población a las 8 de la tarde, desde  sus balcones, terrazas o ventanas, al ritmo del himno oficial de esta situación: RESISTIRÉ, dedicados a todas las personas valientes que han estado y siguen estando, dando todo por el resto de población a la vez que exponiéndose al contagio del virus.

Poco a poco se han ido tomando medidas de alivio para la población, se pueden realizar pequeñas salidas. Se empezó por los niños, para que tuvieran un pequeño respiro, después se han estipulado horarios para las personas mayores, los adultos y los niños,  con precaución, utilizando MASCARILLAS, GEL HIDROALCOHÓLICO, GUANTES (en determinadas circunstancias), pero sobre todo nos insistieron desde el principio de todo esto y nos siguen insistiendo que lo fundamental e imprescindible es LAVARNOS LAS MANOS CON AGUA Y JABÓN AL MENOS DURANTE 20 SEGUNDOS. A su vez empezamos a escuchar las palabras: DESCONFINAMIENTO, FASES PARA LA DESESCALADA, según vaya remitiendo el número de contagios podremos salir a la calle para ir recuperando nuestro día a día, pero poco a poco, muy despacito, con mucho cuidado, respetando las normas para que todo salga bien, y podamos pasar de fase en fase hasta alcanzar lo que han llamado “NUEVA NORMALIDAD”. Para que esto ocurra todos tenemos que ser responsables y seguir las indicaciones.

Todas estas palabras, escritas en negrita, han formado, forman y formarán parte  de nuestras vidas, se quedarán en nuestra  memoria para siempre, al menos eso espero, que nunca se  olviden, que las tengamos muy presentes cuando podamos volver a la “normalidad” o como lo llaman “Nueva Normalidad o Normalidad Covid”, da igual la terminología que se utilice, lo que está claro es que, al menos por un tiempo (¿cuánto?, no se sabe), la vida que teníamos antes del 15 de marzo de 2020 no va a ser igual, tendremos que cambiar muchos de nuestros hábitos y costumbres, adaptarnos a la nueva situación, porque este bichito invisible ha puesto a toda la humanidad patas arriba, ha venido para quedarse entre nosotros más tiempo del deseado, ha  cambiado nuestras vidas en un abrir y cerrar de ojos, y tendremos un antes y un después del 15 de marzo de 2020.

Ojala, cuando esta situación pase y recordemos o volvamos a pronunciar todas estas palabras, pensemos en esas imágenes tan duras que hemos visto y que han causado tanto dolor en la población, que pensemos en todo lo que ha pasado y estamos viviendo en estos momentos, que nos sirva de lección en la vida, que hayamos aprendido que lo importante en este mundo no es el poder ni el dinero, puesto que este bichito no hace distinción, nos toca a todos por igual, sino que lo más importante en esta vida es:  la SOLIDARIDAD, la HUMILDAD, la GENEROSIDAD, el AYUDAR  A LOS MÁS NECESITADOS, pues estamos viendo, que en cualquier momento puede aparecer “algo” que no diferencia a un ser humano de otro y si nos aprendemos a ver lo que realmente es imprescindible y necesario en esta vida ya sabemos lo que pasará.

La Gran Familia de Salud Mental Aranda, como el resto de la población, “#Se Quedó en Casa”, se cerró el centro, hubo que organizar todo para seguir en lo posible atendiendo a todos los participantes. Los técnicos empezaron a teletrabajar desde sus casas, atendiendo a todos los participantes telefónicamente, excepto el personal que va a viviendas.

Desde el primer momento, nos inundaron y nos siguen inundando de mensajes y emails con diferentes actividades para que el día a día nos resulte más ameno, están dando todo para que esta Gran Familia siga adelante, para continuar, en lo posible con las actividades. Nos están ayudando con las nuevas tecnologías para que podamos ponernos en contacto por videollamadas o  videoconferencias, para seguir con algunos talleres y algunas reuniones. Se han adaptado perfectamente a esta nueva situación y están pendientes en todo momento de los participantes.

En fin, tenemos un equipo que está haciendo un estupendo trabajo sobre todo ahora en esta situación tan complicada, que nos anima mucho, y de vez en cuando nos sorprenden con una gran sonrisa, como en el video del Día Internacional del Beso, (me encantó). También han estado activos a través de las redes sociales, colgando información, consejos, videos, etc, al igual que todo el Movimiento Asociativo de Salud Mental, tanto Federación Salud Mental Castilla y León como  Confederación Salud Mental España, han llenado las redes para mostrarnos que ahí seguimos, al pie del cañón pese a las dificultades.

Gracias, una vez,  por vuestra dedicación a esta Gran Familia, mis aplausos de los 8 de la tarde, principalmente, han sido por vosotros. También quiero enviar un gran aplauso a l@s participantes en primera persona, por lo bien que se han adaptado a esta nueva situación y sobre todo a l@s de viviendas que hemos podido ver, en las redes, esos estupendos dulces que han preparado.

Ánimo a tod@s, cada día que pasa es un día menos para volvernos a juntar, con otra “normalidad”, pero con mucha más ilusión y con más ganas de seguir formando parte de esta Gran Familia que es Nuestra  Asociación Salud Mental Aranda. SOMOS UN GRAN EQUIPO y TOD@S JUNTOS LUCHAREMOS para que cuando pase este bichito estemos más unid@s, mientras tanto, las personas no imprescindibles, SEGUIREMOS QUEDÁNDONOS EN CASA.

Besos y Abrazos “Virtuales”

MendyLuna