Durante este confinamiento de ya casi 80 días, me ha dado tiempo a reflexionar sobre la vida. Me gustaría compartir con vosotros aquellas cosas que más echo de menos y que he comenzado a valorar por no poderlas realizar: el poder caminar por la calle libremente, sin horarios, sin restricciones ni medidas, tomarme un café tranquilamente en una terraza, dar un beso o recibir un abrazo pero sobre todo, valorar a las personas que tengo a mi lado: como mis amigos, compañeros y familiares.
Reconozco que he aprendido a trabajar un poquito más la paciencia y dejar que las cosas vayan llegando y pasando a su ritmo.
Durante este confinamiento echo mucho de menos mi rutina diaria y valoro las actividades que desde Salud mental Aranda se imparten. Estoy agradecida de vivir en una vivienda supervisada donde tengo todo lo que necesito.
Durante este confinamiento también he reflexionado y valorado las pequeñas cosas del día a día, como por ejemplo tener una rutina en la asociación.
Como mi compañera, yo también me siento muy afortunado de vivir en una vivienda supervisada: estáis siendo mi segunda familia.
Estar confinados ha hecho que gane confianza en mí mismo y también con mis compañeros. Soy consciente de que poco a poco me he ido soltando. El confinamiento me ha servido para aprender a adaptarme y vivir la vida de otra manera.
Así empiezan las emocionantes reflexiones sobre el confinamiento de Gema y Valentín, ellos han querido hacerlas visibles y os invitan a que comentéis las vuestras.
Compartir pensamientos y experiencias nos enriquece.
Gema y Valentín.