Desde mi ventana no podía saber si el mundo cambiaría para siempre o si después de toda esta situación, las cosas seguirían más o menos parecidas, Pero sí sé que este virus nos estaba dando la oportunidad de mirar nuestra vida de una forma diferente.
Tal vez después de esta situación, comprendamos más al resto de personas. Tal vez ya no nos olvidaremos de lo que nos aporta el resto, de lo que vale un beso, de lo que nos hace sentir un abrazo, lo que vale poder estar cerca de la gente que nos acompaña en el día a día…
Tal vez ahora que hemos tenido tiempo para reflexionar, nos damos cuenta de lo que somos capaces de hacer y de dónde están nuestros propios límites. (Sigo opinando que están mucho más lejos de lo que nosotros creemos)
Como desde mi ventana no podía ver todo el mundo, decidí mirar desde las ventanas de Amapola, Menta y Espliego a través de los ojos de sus participantes y estas reflexiones son las que hacen que me dé cuenta de que no deberíamos olvidarnos nunca de lo que nos hace ser personas… independientemente de la situación que nos rodeé o de las circunstancias que nos toquen vivir.
Celia G.