MI SALTO AL MUNDO LABORAL 

Hoy conocemos a Dani, participante del programa de Itinerarios Personalizados de Inclusión Sociolaboral para Personas y Jóvenes con Discapacidad de Salud Mental Aranda desde hace 6 años; quiere compartir su experiencia y su evolución en el mundo laboral desde que comenzó a participar en el programa. 

¿Por qué te animaste a participar en el programa de empleo? 

Me anime con el empleo porque era una opción de estar entretenido y trabajar, conseguir dinero a través de mi trabajo, mejorar mi economía, y me hacían falta cursos y formaciones para conseguir trabajos. 

Ya participaba en el centro ocupacional de la asociación, pero a través de Celia y Patri, me recomendaron el programa de empleo. Empecé haciendo cursos y aquí estoy, ¡¡a gusto!! Aunque algún curso me ha costado hacerlo, aproveché la pandemia para formarme y eso me ayudó mucho. 

¿En qué ha consistido tu trayectoria en el programa? 

He visitado muchas empresas, que me sirvieron para saber cómo es el esqueleto de cada empresa, nunca las había visitado por dentro y recuerdo que me gustaron mucho la visita a Pascual, la Harinera Arandina y la Pastelería Tudanca. 

He hecho cursos de prevención de riesgos laborales, del Covid, informática, entrevistas y procesos de selección, me he preparado las oposiciones de personal de servicios de la Junta de Castilla y León, así como cursos de motivación, derecho laboral, limpieza, y talleres de Fundación Mapfre y Fundación Inserta. Pero no todo ha sido trabajar, también he disfrutado yendo a montar a caballo. 

¿Cómo fue tu primera experiencia laboral? 

El primer trabajo que tuve fue haciendo portales. Al principio se me daba un poco mal, pero gracias a Celia Mínguez, la técnico de Inserción Laboral, y al equipo de CEE FESMA Empleo he aprendido a desenvolverme en la limpieza. 

Empecé siendo un poco chapuza, y luego he ido evolucionando gracias al equipo, a mi esfuerzo y a mis ganas de aprender, he conseguido trabajar en limpieza de oficinas, portales, edificios y tiendas. 

¿Qué haces en la actualidad? 

Actualmente trabajo en el Arco Pajarito con Grupo Osga, llevo seis meses y estoy muy contento, tanto con la empresa como con el Arco Pajarito. 

En 2022 ya trabajé con Grupo Osga realizando una sustitución de vacaciones, me gustaba el trabajo y desde que empecé a trabajar vi la armonía, la comprensión, siempre me hablaron bien y el trato por parte de todos fue maravilloso. 

Dos años después, en 2024, cuando volví, me he encontrado mejor todavía, porque el trato ha sido siempre bueno, si cometo un fallo me corrigen, me han enseñado lo que he necesitado. Tengo unos compañeros maravillosos y los abuelos son encantadores. 

Estoy muy contento en mi empresa, con mi trabajo y en el programa de empleo de la asociación. 

Fdo. Daniel Víctor Bariego Carnero 

BLANCO

Entré en una sala con las paredes blancas, en la que había unas perchas blancas con dos batas blancas colgadas. Frente a un escritorio blanco con un ordenador blanco, había un ser blanco que me hizo un gesto para que me sentara en una de las sillas que había frente al escritorio blanco. El ser blanco tecleo acelerado en el ordenador con dos dedos blancos que sobresalían de unas manos pequeñas y gordas enfundadas en unos guantes blancos. Por un momento pensé que esas manos gordas y pequeñas podían ser mi conexión con el ser, ya que mis manos tienen la misma fisonomía.

El ser me hizo unas anodinas preguntas de rigor y me pidió que me desnudara de cintura para abajo y me pusiera en una camilla a la que habían colocado un papel blanco con un empapador blanco. Respiré muy despacio dos veces antes de hacerlo. Respiración diafragmática. Uno, dos, tres y cuatro, inspiro. Uno, dos, tres y cuatro, mantengo la respiración. Uno, dos, tres y cuatro, expiro. Uno, dos, tres y cuatro, mantengo la apnea antes de empezar un nuevo ciclo. Me quito el pantalón y las bragas y me intento colocar en la camilla con el papel blanco, el empapador blanco y unas sujeciones para las piernas que la hacían parecer un potro de tortura.

El ser blanco me habla, sin mirarme a los ojos: baja más, más, todo lo que puedas. Mi pulso empieza a acelerarse ante la seguridad de que debía someterme a la prueba. Al reposar la espalda en la camilla con el papel blanco y el empapador blanco, miro hacia el techo blanco, con un fluorescente con una luz blanca cegadora. Por instinto, cierro las piernas con los pies apoyados en los estribos del potro de tortura. Giré la cabeza para mirar de frente, ya que el techo blanco con el fluorescente blanco estaba estresándome. Traté de buscar sus manos, pero me encontré unos ojos vacíos, sin ternura, sin empatía, sin nada. El ser me dijo que abriera las piernas, que me dolería menos. Abrí las piernas a lo inevitable del momento. De pronto, un ser verde, lleno de dulzura entró en la habitación. Se acercó a mí y yo aferré mi mano a la suya como quien se aferra a un salvavidas en un naufragio. Sentí el placer de quien, tras un largo tiempo bajo el agua, siente la presión en el pecho que le anuncia que se va a desmayar y de pronto nota una mano que le saca a la superficie y respira, respira, respira. Respira como si todo el aire de la atmósfera fuera poco para lo que necesita.

Entonces pienso en la mano del ser verde, mientras con la postura del pollo antes de ser asado, dejo de ser algo material y me transformo en mente para poder soportar el dolor, la humillación y el desprecio.

El ser blanco recoge unas muestras, mientras comenta que me tengo que controlar, que los enfermos mentales llevamos muy mal estas pruebas. Tú recuerdas las veces que pensaste que eso era normal y no lo era. Las veces en las que sentiste un dolor parecido y te echaron la culpa. Las veces que te dañaron y destruyeron tu autoestima. Las veces que quisiste gritar y no te dejaron.

El ser verde, limpia una lágrima que recorre tu mejilla izquierda y te ayuda a levantarte de la camilla con un papel blanco y un empapador blanco. Y al levantarte ves en el suelo una mancha roja sobre un suelo blanco. Y por un momento, esa mancha roja sobre el suelo blanco te reconforta, te hace sentir viva. Lo peor ya ha pasado.

Ana I. Gutiérrez.

 

25 AÑOS CONSTRUYENDO UN PUENTE

Un 14 de enero del 2000 nació en Aranda una Asociación, llamada FESMA, a iniciativa de familiares y personas con problemas de Salud Mental de Aranda de Duero y la Comarca, para tender un puente a las personas, que cubriese esas necesidades a las que la administración no llegaba.

Este puente en un principio fue pequeñito, con apenas un carril y con muy escasos recursos, pero poco a poco, con el paso del tiempo ha ido creciendo y creciendo.

Con los años se han podido crear nuevos carriles, a medida que la población acudía a nuestra Asociación en busca de ayuda y, por supuesto, según han ido aumentando los recursos disponibles para poder dar más servicios, talleres y apoyos a las personas que los necesitaban y solicitaban.

En el año 2008 se puso en marcha un carril que hizo dar un giro a la Asociación, el Centro Ocupacional; fue el punto de inflexión para el crecimiento, al poder contar con más dinero y poder atender a más personas.

En Julio de 2009, nació otro carril muy necesario, se pudo abrir la primera Vivienda Supervisada; actualmente Salud Mental Aranda cuenta con cuatro Viviendas, donde las personas pueden realizar su proyecto de vida independiente.

A finales de 2009 se puso en marcha un nuevo carril, un grupo de personas de la Asociación comenzó el Programa de Radio: La Línea Intermedia, el objetivo fue poner a su alcance una herramienta de comunicación y expresión a través de la cual contar a la población como son las personas que forman la Asociación, que es un problema de Salud Mental y tratar de eliminar el estigma. El programa fue cambiando y en 2020, aprovechando el parón de la pandemia, se decidió darlo una vuelta, apostar porque sean las personas con problemas de Salud Mental las que estén al frente del micrófono y crear un Taller de Radio.

Dos años después en 2011 se construyó un de los carriles más importantes, el Centro Especial de Empleo, con el objetivo de insertar en el mercado laboral a personas con discapacidad.

Fueron pasando los años y en 2015 con motivo del 15 Aniversario de la Asociación, y siguiendo la trayectoria del Movimiento Asociativo, se hizo el cambio de nombre y pasó al actual: SALUD MENTAL ARANDA.

Desde 2016 se empezó a trabajar en la zona rural, no sólo en la Comarca de la Ribera del Duero, sino abarcando toda la zona sur de la provincia de Burgos, con especial dedicación, pues las personas no pueden depender del transporte para recibir servicios de atención especializada.

Y por fin en 2018 se cumplió un sueño, en este puente que no dejaba de ser visitado y crecer, se pudieron abrir dos bifurcaciones, una hacia la derecha y otra hacia la izquierda, para acercar la Salud Mental a las personas que necesitan apoyo y atención en la zona rural. En febrero se abrió la Sede en Roa de Duero y también ese mismo año en julio se abrió la Sede de Huerta de Rey. Actualmente se está trabajando en que este puente pueda tener una bifurcación más hacia la zona de Lerma.

En septiembre de 2020, un año que no olvidaremos, a través de la Fundación Alcampo por la Juventud, se abrió un nuevo carril para crear un programa específico de acompañamiento psicológico para niños/as y jóvenes, y que actualmente sigue en marcha con el apoyo del Ayuntamiento de Aranda de Duero”.

En la actualidad este puente ha crecido a niveles que no se podían imaginar quienes apostaron por su creación, ha ido creciendo a lo ancho, a lo largo y por los laterales: cuenta con 15 carriles, 2 bifurcaciones y otra en marcha”.

La construcción de este puente a lo largo de estos 25 años de trayectoria ha sido posible gracias a los recursos que vamos obteniendo tanto de Administraciones Públicas como distintos entes privados y por su puesto a la implicación y dedicación de muchas personas que participan y han participado durante estos años: FAMILIARES, PERSONAS CON EXPERIENCIA PROPIA, VOLUNTARIOS y sobre todo al gran EQUIPO TÉCNICO que trabaja en Salud Mental Aranda.

¡POR OTROS 25 AÑOS AGRANDANDO EL PUENTE!

 

Junta Directiva Salud Mental Aranda

 

 

LA BANDA SONORA DE NUESTRA VIDA

A lo largo de los tiempos, la música ha sido y  sigue siendo utilizada como una herramienta de todas las culturas del mundo. Es una de las formas de comunicación, expresión incluso de reivindicación de diferentes colectivos sociales como el nuestro, en la que se abordan diferentes problemas de salud mental y física a través de sus canciones.

Por ejemplo: el rapero puertorriqueño que se hace llamar Residente publicó en 2020 su autobiográfica “René”, en la que se sinceraba sobre la depresión y los momentos oscuros de su vida. Al compartirlo a través de su música le ayudó a conocerse mejor y poder hacer frente y superar el problema de salud mental que sufría desde hacía tiempo.

La música puede influir en nuestras emociones, recuerdos y experiencias y tiene un impacto profundo en nuestro cerebro y bienestar emocional. También funciona como una “máquina del tiempo”  ya que nos transporta a momentos de nuestra vida que, al igual que los olores, sabores o texturas, nos hace revivir emociones y sentimientos de otras épocas,  todo ello hará “la banda sonora de nuestra vida”.

La música nos ayuda a conectarnos con nosotros mismos y con el resto del mundo. La música no entiende de fronteras, se encuentra en todas partes, y es que el arte en general es un  arma muy poderosa que debemos reivindicar para hacernos oír, para hacernos visibles y para ser escuchad@s.

No solo la letra, que en sí es muy poderosa para poder explicar lo que sentimos, sino también la melodía pura nos ayuda a gestionar nuestras emociones o desahogarnos con ella.

Se han realizado investigaciones que demuestran que la música puede estimular la liberación de oxitocina, la hormona del amor y la conexión social, por lo que nos sirve para mejorar nuestra capacidad de relacionarnos con los demás, fortalecer nuestras relaciones interpersonales y promover un sentido de comunidad y pertenencia.

Además la música es también una muy buena compañera del ejercicio físico ya que la podemos adaptar a nuestras actividades diarias, deportes y a través de bailes que son uno de los ejercicios más divertidos, completos y liberadores que existen, os invito a probarlo.

Foto del grupo de Salud Musical

En Salud Mental Aranda realizamos un taller los lunes de 10:00 a 11:30  llamado “Salud Musical” en el que se trabaja con la música para poder utilizarla como herramienta en el día a día de los participantes y también coger energía para toda la semana. En este taller y con la ayuda de la música se trabaja la memoria, la atención, la concentración, estimulación de la creatividad, la escucha activa, la expresión verbal y gestual, el ritmo y el movimiento, y muchas cosas más…

Por ello me gustaría compartir con tod@s l@s lector@s de nuestro blog los grandes beneficios que nos aporta la música tanto instrumental como los sonidos de la naturaleza, aquí os dejo unos consejillos:

¿Cómo podemos aprovechar los beneficios de la música?

Para poder utilizar los beneficios de la música y mejorar así nuestra salud mental, es importante integrar la música en nuestras vidas. Aquí hay algunas formas de incorporar la música en nuestra rutina diaria:

  • Escucha música que te guste y te haga sentir bien.
  • Crea listas de reproducción específicas para diferentes estados de ánimo o actividades.
  • Participa de la música en directo, como en conciertos, festivales o eventos musicales.
  • Aprende a tocar un instrumento musical o a crear ritmos con utensilios caseros como: una botella de anís, unas cucharas, una mesa, taconeo, palmas, etc.
  • Explora y aprende diferentes géneros musicales y amplía tus horizontes.
  • Utiliza la música como una herramienta para la relajación o la meditación.
  • Comparte música con los demás y crea una comunidad musical en tu entorno con actividades como Karaoke, bailes, salidas a conciertos, etc.
  • Da un paseo por la orilla del río, por el campo, la montaña o viaja al mar y empápate de todos esos sonidos que nos brinda la naturaleza y que nos hacen conectar con nosotr@s mism@s y con la tierra que está muy viva.

Recuerda: la música es una forma de arte y expresión libre, por lo que no hay reglas estrictas sobre cómo debes disfrutarla si no que debes dejarte llevar por ella. Lo más importante es que encuentres en cada momento lo que te hace sentir bien y te conecte contigo mism@ y con los demás.

Aquí os dejo una lista de canciones dedicadas a la salud mental que podéis encontrar en YouTube o Spotify, espero que os gusten y os sean de ayuda para que podáis continuar haciendo posible “la banda sonora de vuestra vida”.

Lista de canciones:

Bipolar – Vega

Agárrate a la vida – Rozalen

Pensar menos, sentir más – El Chojin

René  – Residente

Apagado o fuera de cobertura  – El Chojin

Volver  – Los chicos del maíz

Inteligencia emocional – Belén Aguilera

Soltar  – Ismael Serrano

Ni encerradas ni con miedos – Rebeca Lane

Los irrompibles  – Love of lesvian

Se salen  – Langui

Inercia  – Izal

Bailo la pena  – Macaco

Gozar hasta que me ausente.  – Paloma del Cerro

Diferente  – Arcano

No le des al coco  – LMákina

Deséame suerte  – Betusta Morla

Abre las alas – Nonno

Darle la vuelta – La pegatina

Avioncito de papel   – Dani Martín y Camilo

Haz de luz  – Raiden

Lo mal que estoy y lo poco que quejo   – El Kanka

Estamos bien  – Bad Bunny

Color esperanza   – Diego Torres

La fortaleza   – Francisca Valenzuela

Foto del grupo de Salud Musical

Por último, y ya para despedirme, me gustaría dedicaros la letra de la canción de Alaska y Dinarama que se lanzó en la década de los 80, pero que sigue estando de actualidad ya que se ha convertido en un himno atemporal  que reivindica la aceptación personal y  la independencia, que desafía las normas sociales que discriminan y que resalta la diversidad social animándonos a no cambiar nuestra esencia por la presión de los demás.

A Quién Le Importa

La gente me señala
Me apuntan con el dedo
Susurran a mis espaldas
Y a mí me importa un bledo

Que más me da, si soy distinta a ellos
No soy de nadie, no tengo dueño

Yo sé que me critican, me consta que me odian
La envidia les corroe, mi vida les agobia
¿Por qué será?, yo no tengo la culpa
Mi circunstancia les insulta

Mi destino es el que yo
Decido, el que yo
Elijo para mí

¿A quién le importa lo que yo haga?
¿A quién le importa lo que yo diga?
Yo soy así y así seguiré
Nunca cambiaré (2)

Quizá la culpa es mía, por no seguir la norma
Ya es demasiado tarde, para cambiar ahora
Me mantendré, firme en mis convicciones
Reforzare mis posiciones

Mi destino es el que yo
Decido, el que yo
Elijo para mí

¿A quién le importa lo que yo haga?
¿A quién le importa lo que yo diga?
Yo soy así y así seguiré
Nunca cambiaré (3)

 

Fdo. Por Marta Sanz Picón, mucha fuerza y hasta siempre.

Mi deseo de año nuevo: no decir a nadie lo que tiene que hacer con su vida

Ojalá te plantearas que lo que no hago es porque no puedo y no porque no quiero.

Ojalá que desechases de tu vida frases que duelen tanto como, ”hay que moverse”, “me parece que no hace lo que no quiere”, ”para otras cosas bien que vale”.

Ojalá mi problema de salud mental no te alejase tanto de mi como para no sentir tu mano y compañía.

Imagina que, para sentirse bien, y porque se ha puesto de moda, los “súper” de la sociedad salieran a decir que también van a terapia.

Imagina que la salud mental está de moda, pero que no se hace mucho por impedir que los adolescentes, con toda una maravillosa vida por delante, sufran tanto que no saben si quieren seguir en ella.

Imagina que alguien pasara a tu lado y como le agobia ver que no estas en las mismas condiciones estupendas de vida perfecta en la que el sol brilla cada mañana y el arco iris sale deslumbrante, directamente te ignore.

Imagina que ya no puedes decidir si es buen día para salir a pasear sola, o si no está bien que te tomes una taza de chocolate o que alguien decida que tienes que hacerte una operación para que no seas madre o que no puedas masturbarte porque tienes sobreprotección constante.

Imagina que no puedes hablar con casi nadie de tu problema porque por poco frecuente o por diferente, no vas a ser digno más que de lástima, sin ninguna intención de preocuparse realmente.

 

No hace falta imaginar, esto pasa y pasa cerca de ti, cerca de mí, en tu pueblo, en tu ciudad, en tu familia, en ti.

Cuando empecé a trabajar en salud mental no había oído hablar de los proyectos de vida, de la atención centrada en la persona, de la asistencia personal, de la ayuda de iguales…

Algo tan evidente y tan estridente cuando nos falta. Claro, esto es impensable que nos falte a los “normales”.

En cualquier momento de tu vida, sin darte cuenta, por un accidente, por una enfermedad privativa, por una cuestión de poca funcionalidad o porque cumples años, alguien deja de preguntarte que te interesa en la vida y empiezan a decidir por ti.

Yo no puedo imaginar mi vida con tantas restricciones, pero son constantes e implacables cuando sufres una discapacidad.

Lo peor es que todo eso se hace con el convencimiento de que es lo mejor para ti, aunque nadie te haya preguntado.

Yo sé que es tremendamente difícil respetar lo que no entiendes y que la sociedad en la que vivimos nos bombardea con que seamos rebaño para el bien común.

Así que voy a pedir como buen propósito de año nuevo, que seamos capaces de dejar que los demás vivan como les de la gana, que podamos elegir siempre, que podamos opinar, que podamos tener días de mierda, que podamos tener prioridades diferentes entre nosotros, que podamos enfadarnos y retirarnos cuando no sepamos gestionar, que no tengamos que cumplir normas siempre tan estrictas, que podamos elegir libremente con quien compartir nuestro tiempo, aunque ellos sean las mascotas, que no  impongamos nuestra forma de vivir, que no juzguemos con tanta ligereza, que dejemos a la gente ser y estar como le salga del corazón.

Que dejemos de una vez de intentar proyectar en los demás lo que nosotros no seremos nunca. Que nos dejemos meter la pata y poder aprender de ello

 

Imagina que nunca nadie te preguntara como te sientes, que es importante para ti o que te gustaría hacer hoy.

Es lo que hacemos cuando arrastramos una silla para cambiar a una persona de sitio, cuando las sacamos a la calle sin preguntar, las obligamos a comer sin hambre, las prohibimos tener citas a solas, la vestimos como queremos nosotros, las exponemos a situaciones que no van a poder controlar, las obligamos a salir de casa, las forzamos a hacer multitud de actividades…

Yo también sé que vivimos en sociedad y que no puede uno hacer siempre lo que quiere, pero hoy dejadme que pida, voy a pedir que creemos una sociedad en la que podamos hacer más tiempo lo que queramos que lo que debamos, y a lo mejor así, nos damos cuenta de que el de al lado necesita otra cosa diferente a que le lance una moneda.

Que lo quiere es hablar y que no necesita salir a toda costa de casa, sino que me siente a su lado toda una tarde sin hacer más que acto de presencia, porque eso y no otra cosa es lo que nos piden a gritos a veces: QUE ESTEMOS PRESENTES, PERO NO LES ESCUCHAMOS, PORQUE TENEMOS PÁNICO A OIR SU REALIDAD.

 

He aprendido muchas cosas desde que trabajo aquí, me lo han enseñado sus increíbles profesionales y sus diferentes participantes.

He aprendido tanto que me doy cuenta de que la persona por la que más lloro en esta vida es por mí, porque aprender es desaprender y eso cuesta mucho, porque aprender es darte cuenta de que hay que abrir la mente y las bisagras están oxidadas, porque aprender es darte cuenta de que hay tantas verdades como versiones, y que escucharlas todas nos hace grandes, pero no nos gusta.

Aprender es conocerte y aceptarte, y eso duele y reconforta en la misma proporción, aprender es seguir cuestionándote y eso ayuda, pero escuece.

No me voy a cansar de aprender, de llorar… así me hace sentir VIVA!!

 

Fdo. Sandra Salinero Aguilera, trabajadora de Salud Mental Huerta

MIS PRIMERAS VACACIONES CON SALUD MENTAL

El primer día de nuestras vacaciones en las que unimos lazos Salud Mental Aranda junto con El Puente Salud Mental Valladolid.

Nos levantamos prontito rumbo a Matalascañas (Huelva). El viaje fue tedioso por su tiempo, pero mereció la pena con creces, la convivencia desde mi objetividad fue muy fluida y creamos lazos afectivos que el tiempo será quizá el único factor que nos separe.

 

Es más, nuestro súper chofer Pedro se convirtió en uno más al margen de su trabajo, nos ayudó en todo momento e incluso hizo buenas migas con los profesionales, comían juntos, etc.

 

La primera excursión fue al Parque Nacional de Doñana y el centro de interpretación fue interesante, aunque chocó un poco con los que lo observaron en primer plano ya que la sequedad del mismo era visible. Posteriormente nos dirigimos a la aldea del Rocío donde boda incluida y calesas, pudimos observar a un grupo de cantaoras rocieras que nos brindaron 3 canciones. Todos nosotros tuvimos tiempo para comprar recuerdos y tomar el refresco correspondiente. Montamos en el autobús y volvimos al hotel donde un gran bufé nos esperaba día a día. Por la tarde fuimos a la playa que tenía buena temperatura, y se hicieron grupos para quien bañarse, coger conchas o pasear por la playa o el paseo.

Nuestro segundo día, fue uno de excursión completa. Fuimos a Huelva capital donde vimos tanto por dentro como por fuera el estadio del recre y el paseo de la ría. A continuación, ya como tenían contemplado nuestros compis de Valladolid cuyos técnicos lo tenían organizado, nos dirigimos a la feria de la tapa donde pudimos probar las famosas gambitas de Huelva u otros manjares como embutidos o pulpo.

A la vuelta comimos formato picnic y una vez en el hotel fue momento para planificar nuestra tarde según preferencias: cartas, piscina, descanso…

 

El lunes nos dirigimos a Mazagón a visitar su puerto deportivo ya que había numerosas embarcaciones recreativas y una gran playa virgen donde se veía la mar en su máximo esplendor con el agua un poco brusca. Algunos se fueron con más de una concha para el hotel. También jugaron un mini torneíto a las palas y se lo pasaron increíble. En estos momentos nos sentimos libres y nadie nos juzgó. ¡No somos personas con ningún tipo de dificultad!

A la vuelta también organizamos grupos y unos fueron a la playa mientras que otros nos quedamos en el hotel entre piscina, jacuzzi y cartas.

Hasta este momento quizá no os he hablado de los espectáculos nocturnos, pero eran una pasada. Nos amenizaban las noches antes de dormir y algún que otro cantante o bailarín de nuestras asociaciones se atrevían a expresar sus dotes.

 

Al día siguiente visitamos el Muelle de las Carabelas en Palos de la Frontera donde primeramente nos proyectaron un vídeo bien explicado de la historia de las carabelas y Cristóbal Colón, en este mismo lugar tenían una réplica de cada una de ellas donde subimos y nos hicimos una pequeña idea de cómo pudieron ser los viajes. En este lugar triunfó la de la tienda de recuerdos porque todos hicimos compras.

Después visitamos el Monasterio de la Rábida. Volvimos justito para para comer en el bufé y ese día probamos la gran piscina con toboganes además del jacuzzi, juegos de cartas y la piscina del hotel. Se nos pasó la tarde en convivencia rapidísimo, quizá porque ya éramos un grupo homogéneo y nos llevábamos todos estupendamente. Cenamos y un grupo fue a andar y otro se quedó en el hotel descansando o en el espectáculo flamenco.

 

Tras descansar toda la noche nos levantamos un poquito más tarde pues ese día nos enfocamos en ver el pueblo de Matalascañas, aprovechamos la mañana para hacer algunas que otras compras y algunos se decantaron por entrar en la iglesia del pueblo, mientras otros estuvimos en la cafetería tomándonos algún refresco. Posteriormente subimos a comer y descansar y nos dieron opción de ir a donde más nos apeteciera, ya fuera playa, piscina, juegos, etc. Los que fueron a la playa volvieron a punto de cenar y cenamos todos juntos como siempre compartiendo lo mejor del día.

No es de olvidar que un día de esa semana jugó el Madrid-Barça y muchos forofos decidieron cenar antes para ver el partido. Como es de ley, en unas vacaciones se permitió para que pudieran disfrutar del partido.

 

En nuestro último día la playa fue la protagonista de la mañana, una mar super rebelde pero que hubo quien la disfrutó, y el sol nos acompañó en todo momento. También hubo quién fue a ver una roca famosa en Matalascañas a una distancia prudente de donde nos encontrábamos.

Por la tarde los técnicos nos prepararon una fiesta de fin de vacaciones muy emocionante, donde tras una merienda, bastantes compañeros compartieron actuaciones de lo que mejor se les daba hacer en el mundo del artisteo, incluso vino gente de la cafetería a vernos y éramos observados por algunas ventanas llenas de aplausos de otros huéspedes.

 

Al día siguiente partimos hacia nuestros lugares de procedencia prometiendo vernos el Día Mundial de la Salud Mental en Soria.

Ojalá podamos hacer algún otro día de convivencia para recordar momentos con la asociación El Puente Salud Mental.

El tiempo pasa, pero los recuerdos aún quedan y si son amigos y además positivos el alma se llena de orgullo.

 

Participante anónima

Beneficiaria del programa vacaciones 2024

MI VIDA CON MI ASISTENTE PERSONAL

Nací bajo el signo de Libra y así me voy a hacer llamar en este relato de buena parte de mi vida que quiero compartir con todas/os vosotras/os.

Desde niña me he considerado una persona de pensamientos románticos y soñadora, y aunque estos aspectos de mi personalidad son aparentemente buenos, durante mi adolescencia se convirtieron en un arma de doble filo ya que eso me llevó a idealizar mi vida y a no vivir en la realidad, lo que desembocó en un trastorno de la alimentación que me diagnosticaron como anorexia nerviosa. En ese momento empezaron mis problemas de salud mental que desembocó en un brote psicótico con el consecuente ingreso en la Unidad de Salud Mental. Salí de allí con una pauta de medicación psiquiátrica y más relajada. Pasaban los días y uno de ellos apareció una persona a la que conocía para dejarme unos libros ya que sabía que disfrutaba con la lectura, esta persona también sufría problemas de salud mental y me sugirió acudir a una asociación que se acababa de crear con personas y familiares de Aranda que también sufrían estos problemas, esta asociación se hacía llamar por aquel entonces FESMA.

En esos momentos la asociación se componía de pocas personas y yo, como los/as demás participantes ayudábamos en lo que podíamos para que el proyecto funcionase. Yo en concreto colaboraba escribiendo direcciones en cartas y otro tipo de recados. Acudía con otras personas a la sede y hacíamos actividades de dibujo y pintura,  estimulación cognitiva y además había un grupo de apoyo con una psicóloga. Llevo colaborando como socia de Salud Mental Aranda desde entonces, siendo testigo de cómo ha ido creciendo por la necesidad que ha ido surgiendo entre la población de Aranda con el paso del tiempo.

El ASISTENTE PERSONAL Y QUE HA SUPUESTO EN MI RECUPERACIÓN Y EN MI VIDA

En la asociación se han ido añadiendo diferentes programas ligados a las necesidades que este colectivo ha ido demandado, uno de ellos, y del que yo participo desde hace algo más de dos años, es el del Asistente Personal.

Como todas/os sabemos la pandemia fue un duro golpe para la sociedad en general y para mí en particular, de esta resultó que me ingresaran en la Unidad de Salud Mental del HUBU y que de ahí pasara a Fuente Bermeja donde pasé tres meses que me ayudaron a coger nuevas y mejores rutinas diarias y donde hice nuevas amistades. A mi vuelta a casa en Salud Mental Aranda me recibieron con los brazos abiertos dispuestas/os a darme todas las herramientas para seguir mejorando, entonces me ofrecieron un Asistente Personal, me explicaron en qué consistía y que me ayudaría a seguir en mi proceso de recuperación.

Me veo con mi asistente una semana durante una hora, y la siguiente semana son dos horas en días diferentes. Desde el principio enganchamos muy bien ya que me demostró confianza y mucha comprensión por su parte. Con ella puedo hablar de lo que quiero con total libertad, sin miedo a que me juzgue y es muy sincera conmigo, por lo que me sirve como desahogo. También me ayuda a encontrar los sitios donde buscar la información que necesito, a preparar las citas con mi psiquiatra, me acompaña en el transcurrir de mi vida por lo que me siento apoyada y acompañada. Si recaigo o doy un pasito para atrás sé que tengo este apoyo y eso me hace sentir más segura. Para mí ha llegado a ser como una amiga o una hermana con la que puedo contar en todo momento y siempre está ahí.

He elegido una foto con una mariposa ya que me encanta sentarme en el parque y observar cómo mueven sus alas de esa manera tan delicada y que representa muy bien la relación que tengo con mi Asistente Personal. La vida tiene muchas cosas buenas y sencillas que son las que realmente merecen la pena y de las que hay que aprender a disfrutar, y que debemos conservar.

 

 

“LA VIDA DESPUÉS DEL SUICIDIO”

El término «supervivientes del suicidio» se utiliza para referirse a las personas que han perdido a un ser querido debido a un suicidio. Estas personas enfrentan un duelo emocional y psicológico único, ya que la pérdida por suicidio puede llevar consigo una carga de estigma, confusión, culpa y dolor intensos. Los supervivientes del suicidio pueden ser familiares, amigos, colegas o cualquier persona cercana al individuo que ha fallecido por suicidio.

La experiencia de los supervivientes del suicidio puede ser compleja y a menudo incluye sentimientos de duelo, tristeza, ira, confusión y, en algunos casos, la búsqueda de respuestas sobre por qué ocurrió el suicidio. Es importante destacar que el apoyo emocional y la comprensión son fundamentales para ayudar a los supervivientes a enfrentar su dolor y a procesar su pérdida.

Motivados por la creencia en el poder de la solidaridad y comprensión, Efecto Mariposa se ha creado para ofrecer un espacio seguro donde los supervivientes del suicidio pueden compartir experiencias, encontrar consuelo y forjar conexiones significativas.

El nombre «Efecto Mariposa» ofrece la idea de que pequeñas acciones y gestos de apoyo pueden tener un impacto significativo en la vida de quienes han experimentado la pérdida por suicidio. Desde Salud Mental Aranda nos comprometemos a ser esa fuerza positiva.

El suicidio deja una profunda huella en los seres queridos que sobreviven. Estas personas, conocidas como supervivientes del suicidio, enfrentan una montaña emocional que incluye dolor, culpa, y muchas preguntas sin respuesta. Aquí, compartimos algunas de sus historias para iluminar su lucha, su proceso de sanación y su resiliencia:

“Me cuesta disfrutar de las cosas más sencillas; un paseo, una charla con un amigo, un baño en el mar… ya nada me sabe igual. Parece que mi vida se ha quedado en pausa, y aunque sé que no es posible sólo pienso en que vuelva”

“A veces necesito <<bajar a los infiernos>> y necesito revivir todo el dolor. Me pasa sobre todo cuando paso un día bueno. Es como si me olvidara de él, y un sentimiento de traición hace que me autocastigue una y otra vez”

“No importa cuántas veces repita en mi mente los últimos días con él, no encuentro las señales. La culpa me consume. No puedo dejar de pensar en qué podría haber hecho diferente. ¿Cómo no vi el dolor detrás de su sonrisa?”

“Siempre pensaba que estaríamos la una para la otra, que podríamos superar cualquier dificultad juntas. Ahora sólo tengo preguntas sin respuestas. ¿Por qué no me habló? ¿por qué no pude salvarla? me siento tan perdida sin ella…”

“Todos los días reviso su habitación, esperando que aparezca, como si todo esto fuera una pesadilla de la que aún puedo despertar. Pero la realidad me golpea y la sensación de vacío me consume”

Para quienes han perdido a un ser querido por suicidio, el camino hacia la recuperación es complejo y único. El dolor, la confusión y las preguntas sin respuesta son realidades con las que viven cada día. Sin embargo, es importante recordar que no tienen que enfrentar este duelo solos. El apoyo de seres queridos, grupos de ayuda mutua y profesionales puede ser fundamental para encontrar consuelo y reconstruir la vida después de una pérdida tan devastadora. Aunque el dolor nunca desaparezca por completo, con el tiempo y el apoyo adecuado, es posible encontrar momentos de paz y significado en medio de la pérdida. Cada historia de supervivencia es un testimonio de fortaleza y amor.

Si tú o alguien que conoces está lidiando con la pérdida por suicidio, no dudes en buscar nuestro apoyo. La asociación y el grupo de Efecto Mariposa estaremos encantado de abrirte nuestras puertas.

 

Fdo. Equipo de Apoyo Psicológico

 

UN DÍA “CUALQUIERA” 

Por fin llegó la final de nuestra Liga Mentegoles, un día no solo para decidir quien gana, sino un día de convivencia del Movimiento Asociativo de  Salud Mental de Castilla y León.  

El año pasado algunos entrenadores de nuestros equipos nos contaron su experiencia y este año les traemos un reportaje de como lo han vivido los participantes en primera persona: jugadores, utilleros y animadores. Desde Aranda acudimos un total de 38 personas. 

Comenzamos contando la participación de equipos, que este año han sido 8. A nuestro equipo, Salud Mental Aranda este año nos tocó jugar con Salud Mental Salamanca y la victoria fue para ellos, pero disfrutamos mucho del partido, porque lo importante es participar. 

La final fue Salud Mental Burgos contra Salud Mental León, la victoria cayó para Burgos, y es que juegan muy bien y otro punto a su favor es que son más jóvenes y eso se nota. Pero hubo trofeos y medallas para todos los equipos que participaron, como recuerdo de este día tan especial. 

En el equipo de La Línea Intermedia, el programa de radio de Salud Mental Aranda tenemos a dos de los jugadores que nos han dejado su opinión sobre el día, otro miembro del equipo es uno de los utilleros de Salud Mental Aranda, así que esto es lo que hemos vivido y cómo pasamos ese día. 

Todos los jugadores comentamos que fue un partido difícil y entretenido, y que nos quedamos con ganas de jugar más, pero como entre partido y partido había concurso de aficiones de equipos nos lo pasamos genial y, lo mejor vino después, durante la comida y el baile también con animación donde pudimos disfrutar todos los equipos juntos y compartir experiencias, risas, etc.

También comentamos que  se nota que cada vez los equipos son más competitivos, que están mejor preparados y como hemos mencionado anteriormente, algunos de ellos están formados por personas más jóvenes. 

Nuestro utillero nos comenta que desde su punto de vista el partido fue difícil, aunque se jugó bastante bien, pero no siempre se gana. Para él su trabajo se ve igual de complicado que cuando salen a jugar fuera, y en esta ocasión algo más pues el autobús les dejó un poquito más lejos del pabellón, ya que eran fiestas en Zaratán. 

Pero a pesar de todo lo disfrutó mucho, sobre todo cuando se fue a tomar un cafecito antes de la final y compartió un ratito con el equipo para comentar cómo había ido el partido. En la comida y en el baile se lo pasó muy bien, a pesar de que bailó poco, pues le gusta más ver como baila la gente que bailar él. Destaca que la convivencia entre asociaciones fue divertida. 

Nuestros animadores y animadoras lo dieron todo, no pararon de animar en todo momento; llevaron pompones y pancartas realizadas en la asociación para la ocasión, para que se les viera bien y el equipo sintiera su apoyo en todo momento. 

En el baile después de la comida, no pararon de moverse, sobre todo las personas más bailarinas, que tenemos unas cuantas en Salud Mental Aranda, y es que con música y baile afloran nuestras emociones positivas. 

Como han podido saber, el día de la Final de la Liga Mentegoles para el Movimiento Asociativo de la Salud Mental de Castilla y León, no es solo un día para decidir quién gana la Liga, que es lo de menos, es un día de convivencia, de compartir juego, comida, baile, etc. Un día de reencuentro entre las asociaciones que participamos en la Liga Mentegoles, de reencuentro con personas a las que hace mucho tiempo que no ves, en definitiva, es un día para disfrutar y para seguir creando lazos de amistad. 

Además, este año tuvimos celebración, pues La Liga Mentegoles ha celebrado su 10º Aniversario y como novedad se ha rendido homenaje a las aficiones que siempre acompañan a sus equipos y, para ello, se celebró el “Primer Concurso de Aficiones”, que le ganó Salud Mental Segovia.  

Todas y todos ya estamos contando los días para que llegue la próxima Liga Mentegoles y también para que llegue el próximo encuentro del movimiento asociativo de la Salud Mental de Castilla y León, que será el 10 de octubre en la celebración del Día Mundial de la Salud Mental.

Fdo. Participantes de la Liga Mentegoles y participantes de La Línea Intermedia,  el programa de radio de Salud Mental Aranda en Radio Iris 7

No nos dejan ser felices: vivir con T.E.A.

Supongo que todos conocéis ese típico juguete para niños pequeños en los que tiene que encajar unas piezas con formas geométricas simples para que caigan en un cubo. Ahora imaginad que, por alguna razón, hay una pieza diferente que no encaja en ninguno de los agujeros; no es un círculo ni un cuadrado… No es una pieza con forma “normal”. ¿Qué hacer con ella?

¿La desechas y la tiras? Parece evidente que salió defectuosa.

¿La haces encajar aunque sea a martillazos? Posiblemente la acabarás rompiendo.

¿La limas y la adaptas para que encaje? Perderá su forma original pero, al menos, funcionará.

 

Así es como nos hemos sentido tratadas las personas con Asperger, autismo de alto rendimiento o como quieran llamarnos.

Pero… ¿Qué es el síndrome de Asperger? Según dicen los estudiosos de neurología, es un “trastorno del neurodesarrollo” o para entendernos, nuestro cerebro funciona diferente al vuestro. Por tanto, nuestro comportamiento es distinto, ya que percibimos el mundo de otra manera.

Por ejemplo, algo tan común como ir al supermercado, para mí es un desafío aterrador. Sin embargo, podría estar hablando en público, sin problemas, sobre la evolución de la aeronáutica durante horas.

 

El ofuscado dueño de la pieza defectuosa, después de haberla desechado, amartillado o limado, quizá se dará cuenta algún día, de que esa pieza no era un juguete. Era la pata de una silla, la rueda dentada de un motor o un vaso de diseño vanguardista. Es decir, un objeto útil y funcional, para un cometido concreto, al que ha deformado perdiendo su capacidad que lo hacía especial, convertido ahora en un juguete infantil.

Afortunadamente, los humanos no somos juguetes; pero durante nuestra vida, especialmente en la adolescencia, tenemos que encajar con el resto de la sociedad y pobre del que no pase por el patrón establecido. Como decía un amigo mío: “El clavo que más sobresale, es el que más palos se lleva”.

 

De niño no me gustaba jugar al futbol; yo quería jugar a “Vietnam”, ser un capitán de los Boinas Verdes y arrastrarme por la hierba como si fuera una jungla frondosa. Me podía pasar horas hablando de aviones y de mayor quería ser piloto de un F-14 Tomcat, como Tom Cruise en TOP GUN. A la edad de 9 años, cuando empiezas a formar tu propia identidad, tu personalidad, empieza también el acoso escolar.

La pieza es defectuosa y hay que desecharla.

 

El colegio podía llegar a convertirse en una pesadilla cuando, no solo los alumnos, sino también los profesores se burlan de ti por ser diferente… o peor, te castigan. Salvo muy honrosas y queridas excepciones, ningún profesor vio que yo no era como los demás. En la ESO y Bachillerato sacaba notas horribles y suspendí muchas asignaturas, pero me sabía de memoria las prestaciones de casi todos los cazas americanos fabricados desde la II Guerra Mundial, las batallas más importantes de la historia o era capaz de escribir aventuras con una imaginación desbordante. Repetí curso tres veces.

Si yo ya leía Amadís de Gaula, ¿por qué tengo que leer El Quijote? Yo aprendía por mi cuenta, me apasionaba leer las enciclopedias que había en casa. Pero en el colegio, todo se volvía aburrido o peor, odioso. Me parecía una cárcel donde te obligan a aprender cosas de memoria bajo pena de castigos o una fábrica donde los estudiantes son meros productos de una cadena de montaje.

La pieza tiene que encajar aunque sea a martillazos.

 

Mis padres siempre se preocuparon por mis notas; me castigaban cuando suspendía exámenes, ya fuera quitándome los videojuegos o prohibiéndome ver la tele. Obviamente, esos castigos no funcionaban. Tan solo, cuando me prometieron comprarme una videoconsola nueva si sacaba buenas notas, realmente me esforcé. Una vez cumplida la promesa, mis notas volvieron a bajar. Mi único aliciente para aprobar era para evitar los castigos y regañones.

Desesperados, mis padres preguntaron en el colegio si yo necesitaba algún trato especial, ya que no era normal que un niño brillante sacara tan malas notas de pronto. Estuve presente en aquella reunión y recuerdo a mi madre preguntar al tutor de la clase: “¿Es que mi hijo se ha vuelto tonto de repente?” El profesor sonrío de manera irónica, se encogió de hombros y contestó: “Tampoco es que sacara buenas notas antes…” Mi madre le contestó diciendo que eso era falso, pero aquel tipo zanjó el asunto: Yo era un inútil, un vago, que se pasaba todo el día en las nubes, no prestaba atención en clase, me evadía y me iba a mi mundo. Si bien esto último era cierto; creo que su obligación era haber averiguado por qué necesitaba evadirme.

Cuando había un Gran Premio de Fórmula 1 en las antípodas, me levantaba a las 6 o las 7 de la mañana para ver la carrera. Me hacía más de 10 kilómetros de marcha por el campo para disfrutar de la naturaleza y devoraba libros como quien come pistachos… Y aun así, yo era un vago.

Mis padres, tras el encuentro con aquel tutor, no les quedó otra que creer esa patraña y me educaron en consecuencia. Quizá cometieron un error pero, ¿qué podían hacer? La culpa no fue suya, sino de un sistema educativo que castiga a quien piense o actúe diferente.

Ellos fueron quienes intentaron limar lo que ellos creían que eran defectos para que yo pudiera encajar.

 

20 años después de la reunión con aquel profesor, tras miles de euros gastados en psiquiatras y psicólogos, traumas y fracasos, una doctora por fin vio que yo no era la pieza defectuosa de un puzle, sino una tan valiosa como cualquier otra, pero de otra caja. Como el patito feo que, al final del cuento, descubre que en verdad es un cisne.

 

Ésta es mi experiencia como persona con trastorno autista. Si conocéis a alguien que, como yo, tiene esta condición, es muy probable que haya pasado por una experiencia similar a la mía, o puede que no. Como cualquier otra persona, cada uno de nosotros es un mundo; algunos querrán encajar y otros, como yo, tengan fobia social y prefieran estar solos.

A mí me encantan los aviones, a otros les apasiona la fauna salvaje y otros puede que su tema favorito sea la arquitectura neoclásica. Pero si hay algo que tenemos en común es la pasión con la que vivimos nuestras aficiones. Por ello, termino con una petición, casi una súplica. Siempre que no implique daño a nadie, por favor; dejadnos ser nosotros mismos.

DEJADNOS SER FELICES.

 

Firmado: Álvaro R.F