DE CÓMO ME CONVIRTIERON EN UN FLORERO 

Aviso importante:» El siguiente artículo es un intento utópico de exponer unas ideas que nunca se llevaran a cabo, ni en este país, ni en ningún otro; debe leerse con la inocencia del infante que le habla a su gato Peterson, como si este supiese que carajos significa ¿quién te quiere a ti? 

La naturaleza circular de todo lo perceptible es una verdad fácilmente demostrable. El futuro y el pasado son la misma cosa, la muerte y el nacimiento también están constituidos por una esencia semejante y una estrella cualquiera del universo está formada por los mismos ladrillos que un melocotón en almíbar.  

Dicho esto, es un ejercicio de sabiduría y de aprovechamiento de los recursos vitales el echar la vista atrás para hallar soluciones a problemas comunes que se repiten hasta el infinito como demandando soluciones a veces tan obvias, que son como canes royéndonos las tabas. 

La historia está llena de ejemplos vivificantes y esclarecedores de como la existencia se reduce a unos puntos, que no voy a exponer ahora, pero que todos, aún el individuo más primario sabe reconocer, a poco que reflexionen delante de un Cola Cao con churros. 

El ser humano es como un gorrino olisqueando trufas debajo de un roble, si no encuentra el rastro de su bocado favorito al primer intento, dará vueltas y más vueltas hasta que satisfaga sus deseos, por lo tanto, volvamos como humanidad sobre nuestros pasos para obtener respuestas que otros hallaron antes, emulando al ser de cuyos andares escribieron literatos pretéritos. 

Pongámonos en antecedentes: 

En la ciudad de Pérgamo aproximadamente en el siglo IV antes de nuestra era, existía una institución llamada el Asclepion, donde mediante ceremonias religiosas y terapias que en nuestros días algún lumbreras ha redescubierto con gran algarabía por su parte, se trataban (con resultados sorprendentes, si tenemos por ciertas las crónicas de los eruditos contemporáneos), las enfermedades más diversas, incluidos los padecimientos del alma. 

En esta época prehipocrática, el contacto con los dioses era tan común, que hablar de tu a tu con Aristeo sobre las propiedades de la miel y departir poco después con un pastor de cabras sobre cómo maduran sus quesos en su cueva, era parte del día a día. 

En la llamada “incubatio” se conducía al paciente a un lugar específico donde este podía dormir como sumergido en un útero silencioso y reconfortante ajeno a todo, donde soñaría; para poco tiempo después de renacer al mundo de la vigilia consciente, se interpretarían las visiones de ese mundo, que es posible que sea la realidad que tanto tenemos. 

En ese centro de reparación holística que al parecer eran esos enclaves curativos, se empleaban un amplio abanico de posibilidades terapéuticas, desde baños, masajes, infusiones y tisanas de hierbas cuidadosamente seleccionadas, lo que al parecer era un intento sin ambages de no descartar a priori ninguna idea con el sano propósito de recobrar la salud perdida. 

Una de las «terapias» que eran ineludibles para todos los individuos que solicitaban en esa institución un remedio para los males que les aquejaban era el teatro. 

Como pueden ver no hay nada nuevo bajo el sol. 

Alguna mente preclara ya dio suelta a sus meninges e implemento unos procedimientos sanadores que hoy creemos innovadores, pero que son más viejos que el hilo negro. 

En el caduceo de Hermes, que es el símbolo universal del oficio médico, se pueden ver dos serpientes enroscadas que simbolizan el cambio que debe realizarse para recobrar el equilibrio perdido, que es, ni más ni menos, que un recordatorio de lo que significa sanar. 

El motivo de la redacción de este artículo era en un principio plantear una serie de ideas en lo referente a los protocolos que se aplican en el campo de la salud mental, lo cual conllevaría escribir unos cuatrocientos tomos solo para el prólogo y una breve introducción. 

La primera parte del articulo venía a colación de la necesidad de ampliar la panoplia de terapias (haciendo hincapié en las menos disruptivas para el paciente) para brindar un apoyo real y continuado para fortalecer las propias aptitudes del receptor de las mismas, con la fundada esperanza de que la cura de sus males es endógena y no se encuentra en los laboratorios de los mercaderes de las desgracias ajenas. 

Para cerrar este artículo breve y profundamente inconcluso, expresaré mi más profundo desprecio a los que me quisieron convertir en un florero. 

Jamás se debería permitir que un individuo perdiese su condición humana, su libertad de acción y su derecho a expresar su ira. 

Sin una sinergia global entre todas las instituciones que forman la sociedad, el tratamiento de las enfermedades mentales es una entelequia. 

PD: ¿Quién puede ser tan arrogante para determinar que alguien esté loco? La respuesta es…otro loco. 

 

Fdo. EL SUICIDA CUÁNTICO

UN DÍA “CUALQUIERA” 

Por fin llegó la final de nuestra Liga Mentegoles, un día no solo para decidir quien gana, sino un día de convivencia del Movimiento Asociativo de  Salud Mental de Castilla y León.  

El año pasado algunos entrenadores de nuestros equipos nos contaron su experiencia y este año les traemos un reportaje de como lo han vivido los participantes en primera persona: jugadores, utilleros y animadores. Desde Aranda acudimos un total de 38 personas. 

Comenzamos contando la participación de equipos, que este año han sido 8. A nuestro equipo, Salud Mental Aranda este año nos tocó jugar con Salud Mental Salamanca y la victoria fue para ellos, pero disfrutamos mucho del partido, porque lo importante es participar. 

La final fue Salud Mental Burgos contra Salud Mental León, la victoria cayó para Burgos, y es que juegan muy bien y otro punto a su favor es que son más jóvenes y eso se nota. Pero hubo trofeos y medallas para todos los equipos que participaron, como recuerdo de este día tan especial. 

En el equipo de La Línea Intermedia, el programa de radio de Salud Mental Aranda tenemos a dos de los jugadores que nos han dejado su opinión sobre el día, otro miembro del equipo es uno de los utilleros de Salud Mental Aranda, así que esto es lo que hemos vivido y cómo pasamos ese día. 

Todos los jugadores comentamos que fue un partido difícil y entretenido, y que nos quedamos con ganas de jugar más, pero como entre partido y partido había concurso de aficiones de equipos nos lo pasamos genial y, lo mejor vino después, durante la comida y el baile también con animación donde pudimos disfrutar todos los equipos juntos y compartir experiencias, risas, etc.

También comentamos que  se nota que cada vez los equipos son más competitivos, que están mejor preparados y como hemos mencionado anteriormente, algunos de ellos están formados por personas más jóvenes. 

Nuestro utillero nos comenta que desde su punto de vista el partido fue difícil, aunque se jugó bastante bien, pero no siempre se gana. Para él su trabajo se ve igual de complicado que cuando salen a jugar fuera, y en esta ocasión algo más pues el autobús les dejó un poquito más lejos del pabellón, ya que eran fiestas en Zaratán. 

Pero a pesar de todo lo disfrutó mucho, sobre todo cuando se fue a tomar un cafecito antes de la final y compartió un ratito con el equipo para comentar cómo había ido el partido. En la comida y en el baile se lo pasó muy bien, a pesar de que bailó poco, pues le gusta más ver como baila la gente que bailar él. Destaca que la convivencia entre asociaciones fue divertida. 

Nuestros animadores y animadoras lo dieron todo, no pararon de animar en todo momento; llevaron pompones y pancartas realizadas en la asociación para la ocasión, para que se les viera bien y el equipo sintiera su apoyo en todo momento. 

En el baile después de la comida, no pararon de moverse, sobre todo las personas más bailarinas, que tenemos unas cuantas en Salud Mental Aranda, y es que con música y baile afloran nuestras emociones positivas. 

Como han podido saber, el día de la Final de la Liga Mentegoles para el Movimiento Asociativo de la Salud Mental de Castilla y León, no es solo un día para decidir quién gana la Liga, que es lo de menos, es un día de convivencia, de compartir juego, comida, baile, etc. Un día de reencuentro entre las asociaciones que participamos en la Liga Mentegoles, de reencuentro con personas a las que hace mucho tiempo que no ves, en definitiva, es un día para disfrutar y para seguir creando lazos de amistad. 

Además, este año tuvimos celebración, pues La Liga Mentegoles ha celebrado su 10º Aniversario y como novedad se ha rendido homenaje a las aficiones que siempre acompañan a sus equipos y, para ello, se celebró el “Primer Concurso de Aficiones”, que le ganó Salud Mental Segovia.  

Todas y todos ya estamos contando los días para que llegue la próxima Liga Mentegoles y también para que llegue el próximo encuentro del movimiento asociativo de la Salud Mental de Castilla y León, que será el 10 de octubre en la celebración del Día Mundial de la Salud Mental.

Fdo. Participantes de la Liga Mentegoles y participantes de La Línea Intermedia,  el programa de radio de Salud Mental Aranda en Radio Iris 7

No nos dejan ser felices: vivir con T.E.A.

Supongo que todos conocéis ese típico juguete para niños pequeños en los que tiene que encajar unas piezas con formas geométricas simples para que caigan en un cubo. Ahora imaginad que, por alguna razón, hay una pieza diferente que no encaja en ninguno de los agujeros; no es un círculo ni un cuadrado… No es una pieza con forma “normal”. ¿Qué hacer con ella?

¿La desechas y la tiras? Parece evidente que salió defectuosa.

¿La haces encajar aunque sea a martillazos? Posiblemente la acabarás rompiendo.

¿La limas y la adaptas para que encaje? Perderá su forma original pero, al menos, funcionará.

 

Así es como nos hemos sentido tratadas las personas con Asperger, autismo de alto rendimiento o como quieran llamarnos.

Pero… ¿Qué es el síndrome de Asperger? Según dicen los estudiosos de neurología, es un “trastorno del neurodesarrollo” o para entendernos, nuestro cerebro funciona diferente al vuestro. Por tanto, nuestro comportamiento es distinto, ya que percibimos el mundo de otra manera.

Por ejemplo, algo tan común como ir al supermercado, para mí es un desafío aterrador. Sin embargo, podría estar hablando en público, sin problemas, sobre la evolución de la aeronáutica durante horas.

 

El ofuscado dueño de la pieza defectuosa, después de haberla desechado, amartillado o limado, quizá se dará cuenta algún día, de que esa pieza no era un juguete. Era la pata de una silla, la rueda dentada de un motor o un vaso de diseño vanguardista. Es decir, un objeto útil y funcional, para un cometido concreto, al que ha deformado perdiendo su capacidad que lo hacía especial, convertido ahora en un juguete infantil.

Afortunadamente, los humanos no somos juguetes; pero durante nuestra vida, especialmente en la adolescencia, tenemos que encajar con el resto de la sociedad y pobre del que no pase por el patrón establecido. Como decía un amigo mío: “El clavo que más sobresale, es el que más palos se lleva”.

 

De niño no me gustaba jugar al futbol; yo quería jugar a “Vietnam”, ser un capitán de los Boinas Verdes y arrastrarme por la hierba como si fuera una jungla frondosa. Me podía pasar horas hablando de aviones y de mayor quería ser piloto de un F-14 Tomcat, como Tom Cruise en TOP GUN. A la edad de 9 años, cuando empiezas a formar tu propia identidad, tu personalidad, empieza también el acoso escolar.

La pieza es defectuosa y hay que desecharla.

 

El colegio podía llegar a convertirse en una pesadilla cuando, no solo los alumnos, sino también los profesores se burlan de ti por ser diferente… o peor, te castigan. Salvo muy honrosas y queridas excepciones, ningún profesor vio que yo no era como los demás. En la ESO y Bachillerato sacaba notas horribles y suspendí muchas asignaturas, pero me sabía de memoria las prestaciones de casi todos los cazas americanos fabricados desde la II Guerra Mundial, las batallas más importantes de la historia o era capaz de escribir aventuras con una imaginación desbordante. Repetí curso tres veces.

Si yo ya leía Amadís de Gaula, ¿por qué tengo que leer El Quijote? Yo aprendía por mi cuenta, me apasionaba leer las enciclopedias que había en casa. Pero en el colegio, todo se volvía aburrido o peor, odioso. Me parecía una cárcel donde te obligan a aprender cosas de memoria bajo pena de castigos o una fábrica donde los estudiantes son meros productos de una cadena de montaje.

La pieza tiene que encajar aunque sea a martillazos.

 

Mis padres siempre se preocuparon por mis notas; me castigaban cuando suspendía exámenes, ya fuera quitándome los videojuegos o prohibiéndome ver la tele. Obviamente, esos castigos no funcionaban. Tan solo, cuando me prometieron comprarme una videoconsola nueva si sacaba buenas notas, realmente me esforcé. Una vez cumplida la promesa, mis notas volvieron a bajar. Mi único aliciente para aprobar era para evitar los castigos y regañones.

Desesperados, mis padres preguntaron en el colegio si yo necesitaba algún trato especial, ya que no era normal que un niño brillante sacara tan malas notas de pronto. Estuve presente en aquella reunión y recuerdo a mi madre preguntar al tutor de la clase: “¿Es que mi hijo se ha vuelto tonto de repente?” El profesor sonrío de manera irónica, se encogió de hombros y contestó: “Tampoco es que sacara buenas notas antes…” Mi madre le contestó diciendo que eso era falso, pero aquel tipo zanjó el asunto: Yo era un inútil, un vago, que se pasaba todo el día en las nubes, no prestaba atención en clase, me evadía y me iba a mi mundo. Si bien esto último era cierto; creo que su obligación era haber averiguado por qué necesitaba evadirme.

Cuando había un Gran Premio de Fórmula 1 en las antípodas, me levantaba a las 6 o las 7 de la mañana para ver la carrera. Me hacía más de 10 kilómetros de marcha por el campo para disfrutar de la naturaleza y devoraba libros como quien come pistachos… Y aun así, yo era un vago.

Mis padres, tras el encuentro con aquel tutor, no les quedó otra que creer esa patraña y me educaron en consecuencia. Quizá cometieron un error pero, ¿qué podían hacer? La culpa no fue suya, sino de un sistema educativo que castiga a quien piense o actúe diferente.

Ellos fueron quienes intentaron limar lo que ellos creían que eran defectos para que yo pudiera encajar.

 

20 años después de la reunión con aquel profesor, tras miles de euros gastados en psiquiatras y psicólogos, traumas y fracasos, una doctora por fin vio que yo no era la pieza defectuosa de un puzle, sino una tan valiosa como cualquier otra, pero de otra caja. Como el patito feo que, al final del cuento, descubre que en verdad es un cisne.

 

Ésta es mi experiencia como persona con trastorno autista. Si conocéis a alguien que, como yo, tiene esta condición, es muy probable que haya pasado por una experiencia similar a la mía, o puede que no. Como cualquier otra persona, cada uno de nosotros es un mundo; algunos querrán encajar y otros, como yo, tengan fobia social y prefieran estar solos.

A mí me encantan los aviones, a otros les apasiona la fauna salvaje y otros puede que su tema favorito sea la arquitectura neoclásica. Pero si hay algo que tenemos en común es la pasión con la que vivimos nuestras aficiones. Por ello, termino con una petición, casi una súplica. Siempre que no implique daño a nadie, por favor; dejadnos ser nosotros mismos.

DEJADNOS SER FELICES.

 

Firmado: Álvaro R.F

VIVIENDA SUPERVISADA: NUESTRO HOGAR. 

Actualmente en Salud Mental Aranda contamos con 4 viviendas supervisadas, con 14 plazas en total. Mucha gente se preguntará en qué consiste este servicio y cuáles son los beneficios para las personas que viven en ellas. Tres de las personas que residen en estos pisos quieren explicar desde su experiencia cómo se sienten y qué beneficios les aporta este recurso. (Para preservar la intimidad de los participantes se les ha asignado un pseudónimo). 

 

¿Cómo te sientes en la vivienda? 

Abedul: El tiempo que paso es un tiempo confortable, tenemos tiempo para ducharnos, leer, hacer actividades, cocinar. Puedo dedicar tiempo al descanso. Me siento más libre ya que puedo comprar cosas extras en los establecimientos cercanos a casa.  

Hortensia: En la vivienda me siento muy bien con las compañeras que tengo, nos apoyamos las unas a las otras. Estoy contenta con ellas, con la situación que tengo ahora. Me habéis ayudado a conseguir lo que necesitaba que era salir de ese piso en el que estaba sola y tengo a unas compañeras que aprecio junto con los monitores.   

Campanilla: Me siento bien con mis compañeras. Hacemos tareas del hogar, actividades personales, nos cuidamos entre nosotras. Me gusta porque me encuentro acompañada y más independiente. 

 

¿Qué diferencia hay entre vivir en otro recurso y la vivienda? 

Abedul: Me siento más libre, se coordinan actividades de forma más libre sin que todo esté tan organizado por tiempo y horarios. Tengo una nevera en casa donde poder meter mis cosas…  

En el otro recurso se imponen los horarios es todo muy estructurado. Aquí puedo salir al mercado, comprar… ¡Me gusta más esto!  

Hortensia: Antes, en mi piso, sentía mucha ansiedad y no me encontraba bien, sentía que no podía salir de ese bucle. Ahora estoy acompañada, hablo, salgo, veo la tele, mejorando poco a poco la ansiedad y aprendiendo cosas nuevas. Quiero aprovecharlo todo lo que pueda.   

Campanilla: Yo he vivido en una residencia y es muy diferente, nunca sabes dónde vas a acabar. Allí, también hacia muchas cosas, pero no creo que fuese mi lugar, aún soy muy joven y estoy mucho mejor aquí. Aquí salgo, entro, hago más las cosas que me gustan, estoy más tranquila. Estoy mucho mejor estando rodeada de gente de mi edad. Allí veía mucha gente mayor y me daba nostalgia y me hacía pensar mucho, dar vueltas a mi cabeza por ver como se encontraban los demás.   

 

¿Qué tiene para ti más valor? 

Abedul: Tener libertad para actuar.  

Hortensia: Para mí lo que más valor tiene es, no sentirme sola, porque la soledad a largo plazo sé que me perjudica. Ahora que estoy acompañada, significa volver a vivir bien. No cambiaría la oportunidad que tengo y la quiero aprovechar al máximo. Tengo unas compañeras y unos monitores a los que aprecio mucho.   

Campanilla: Ahora mismo, tener una vivienda donde poder vivir tranquila.   

 

¿Te parece útil el recurso? 

Abedul: Sí, me gusta el diálogo que existe, que compartimos tiempo y espacios, colaboramos entre los compañeros y nos ayudamos, es muy sencillo vivir aquí. 

Hortensia: Siento que es muy útil porque antes no me cuidaba lo suficiente. Iba a urgencias cada dos por tres, comía bocadillos y apenas me cocinaba. Ahora me siento más útil al hacer cosas y apoyar a mis compañeras. Cuando cocino o hago otras cosas, me siento mucho mejor, aprendo muchas cosas.   

Campanilla: Si, tienes un techo donde vivir y me ayudan, me apoyan, aprendo cosas nuevas y me siento mucho más realizada.   

 

Fdo. Participantes, con el apoyo del equipo técnico de Viviendas Supervisadas. 

LA GUERRA DEL AMOR

Como escuché en una serie y todos bien sabemos, el amor y el dolor son sentimientos impacientes, egoístas y aliados y si los intentas ignorar gritan, gritan hasta que solo los escuchas a ellos.

Siempre se ha dicho que en el amor y la guerra todo vale, y es que muchas veces esos conceptos se convierten en sinónimos.

Se unen. Toda guerra es una lucha o disputa por un conflicto de intereses que suele dar lugar al sufrimiento de una o ambas partes. Sin embargo, la guerra del amor es la más bonita, aunque también puede ser la más dolorosa.

Y qué mejor guerra que la de dos enamorados peleando por quién cuelga el teléfono o defendiendo entre gritos y sonrisas un “yo te quiero más”.

Solo aquel dispuesto a luchar dicha batalla puede ser merecedor y por tanto “poseer” el más lujoso tesoro, sentimientos puros de amor, y el más valioso territorio, un hueco dentro del corazón de la persona indicada. Así como la más bella sonrisa a conjunto con su brillo de ilusión en el interior de los ojos. Pero esta no es una guerra fácil, incluso arriesgándote una y mil veces puedes no lograrlo y salir perdedor batalla tras batalla, más si dejas de intentarlo serás perdedor igualmente.

El amor, como cualquier guerra, no deja indiferente a nadie, cambia por completo la vida de todos aquellos a quienes arrolla sin remordimientos, el amor vuelve cobarde al valiente y valiente al cobarde, crea inseguridades al que más se quiere, obliga al más despistado a recordar por primera vez la fecha de un cumpleaños o los gustos de otra persona, y hace que el más organizado deje de lado responsabilidades por quedarse viendo una peli. El amor revive a aquel que estaba muerto en vida y provoca que el más vivo muera de amor por alguien.

El amor puede ser doloroso, volvernos estúpidos, cambiarnos; puede hacer que nos olvidemos de nosotros mismos, incluso de todo nuestro pasado o de quién éramos hasta aquel día que Cupido nos flechó, pero es la mejor de las guerras que cualquiera podría disputar.

Cerodoce

COMITÉ PRO SALUD MENTAL ARANDA

El Comité Pro Salud Mental Aranda es un espacio para todos l@s participantes que acudimos a la asociación, con el objetivo de juntarnos, hablar sobre cuestiones y temas que nos interesan y preocupan, recibir información y trasladar aquellas cuestiones que consideramos importantes, y que llegan al equipo técnico y a la Junta Directiva.

Tiene ya una andadura de unos 10 años, el primero fue iniciativa de nuestra presidenta Elena Briongos y después se ha ido consolidando hasta la actualidad. Es una de las actividades a la que más asisten los participantes de la asociación y funciona muy bien desde siempre.

Celebramos el Comité normalmente el último viernes de mes, exceptuando que coincida con festivo u otra actividad que impida realizarlo.

La reunión del Comité se realiza en la sede de la asociación de la Plaza San Esteban y está compuesta por un secretario y moderador, la coordinadora (que es una técnica de la asociación) y todas aquellas personas que acudan, que suelen ser unos 20 participantes.

Cada vez que una persona se une al comité, se le informa de las normas que rigen la reunión, que son: respeto hacia todas las personas y de todos los temas, y hablar respetando el turno. También se informa que se elabora un acta de cada reunión y se recalca que lo que se hable se quedará entre nosotros, pues en el acta se registra todo de forma anónima.

La duración del Comité Pro Salud Mental suele durar en torno a una hora y media.

En él se tratan temas de acontecimientos que han pasado, que están sucediendo o que van a suceder y tienen incidencia en la asociación.

Hay un grupo de personas que se encargan de la preparación del Comité, y se reúnen una vez al mes, previo a la realización del Comité, con el apoyo de la coordinadora, y se encargan de trasladar aquellas cuestiones que consideran que pueden ser de interés de tod@s, temas que le han propuesto otras personas, agenda de las actividades de la asociación, y un largo abanico de temas, que se van proponiendo en el Comité. En esta reunión, se resume todo en una presentación, para sintetizar los temas, y que nos ayude a elaborar el acta de la reunión, donde se deja constancia de los temas tratados y de los acuerdos.

Existe un Comité Pro Salud Mental a nivel regional, que lo coordina la Federación Salud Mental Castilla y León, y en el que participamos con la asistencia de uno de nosotros. También, hay un Comité Pro Salud Mental a nivel nacional, de la Confederación Salud Mental España, y en él participa nuestro representante regional. Como se puede apreciar, los Comités son estructuras muy consolidadas, que ya tienen un gran recorrido, y que su repercusión es muy importante a nivel organizativo en las entidades del movimiento Salud Mental.

Todos los que asistimos siempre salimos muy contentos, y es por ello, que animamos a más participantes de la asociación, a que se unan y conozcan el Comité, ya que es un espacio nuestro, de todas las personas que participamos en los servicios de Salud Mental Aranda.

¡¡ OS ANIMAMOS A QUE LO CONOZCAIS POR VOSOTR@S MISM@S!!

FILOSOFIA DE BARATILLO

Debemos preguntarnos en primer lugar: ¿Cuál es la verdadera naturaleza de la locura?

Todo acto, comportamiento, o criatura con entidad propia proviene de algún lugar y su génesis ha sido impelida por algún tipo de fuerza mental, consciente o inconsciente; descartando otras posibles causas que se nos escapan, y que solo son en este momento elucubraciones más o menos bienintencionadas.

Lo que está claro, es que los mismos desencadenantes que llevaban a un habitante de la Roma imperial a perder la chaveta, a botársele la canica, o a estar tocado del ala, son los causantes últimos de las enfermedades mentales en nuestros días. Aunque con el escasísimo conocimiento que se tiene actualmente de las funciones del sistema nervioso central, es más que posible que con el paso de los años se descubran otras posibles causas, hoy del todo desconocidas. Incluso es plausible que la mente no esté donde se cree unánimemente, y ésta se localice incluso fuera de nuestra envuelta física, o por cuestiones relacionadas con el entrelazamiento cuántico, esté bilocada.

La clave para comprender, aunque sea vagamente y a grandes rasgos, y, por tanto, para diseñar tratamientos efectivos, está en la génesis de la disfunción mental.

Es bien sabido que faltan piezas claves para descifrar el enigma.

 

Quizás tengamos que retrotraernos a la antigüedad para retomar el hilo donde están esperando pacientemente las respuestas, o como especulan algunas teorías basadas en la mecánica cuántica y en la teoría del universo holográfico, no somos más que piezas en un programa de dimensiones inimaginables. Por si es cierto que, solo somos avatares de un videojuego cósmico jugado torpemente por un adolescente aquejado de acné, alcemos nuestra vista al cosmos y exigimos respuestas.

Nikola Tesla infirió una teoría sobre el origen de la electricidad basada en sus experiencias infantiles junto a su querido gato Macak. Especulaba que el universo podría ser un gato gigante cuyo lomo acariciaba dios. Como ven, las hipótesis para explicar el vasto escenario donde nos desesperamos son tan líricas, brillantes, o descabelladas, como la mente que les da forma.

Centrándonos y siendo reduccionistas, por cuestiones de tiempo, y por no causar al lector una insoportable cefalea; las causas, digamos emocionales, yo diría de software o soporte lógico, o si lo quieren llamar, la parte intangible del proceso cognitivo, se retrotraen a la esencia más reptiliana de como percibimos el mundo.

Una sociedad que se desmorona como la nuestra, debería haber previsto la más que previsible consecuencia del deterioro psíquico de la población, que por mi congénito cinismo, es el resultado de las políticas sociales y económicas que promueven el aislacionismo de los ciudadanos hasta límites aberrantes.

Como bien saben, un individuo cuando se le fuerza a procesar sus ritmos vitales en el modo de mera supervivencia desarrolla unos hábitos poco saludables en cuestiones como preservar su propia integridad física, y no digamos mental.

Es indudable que estamos en un periodo de cambio hacia otro paradigma global, posiblemente, llámenme pesimista, mucho más destructivo y sin lugar a dudas, mucho más deshumanizado.

 

Volviendo al tema inicial de este artículo, nuestra existencia está encorsetada en unos parámetros acordes al animal medio pensante que por desgracia somos y nos vemos expuestos a la mera función que parece ser que tenemos encomendada en esta tragicomedia llamada vida: la depuración de nuestra propia especie a través de procesos de transmisión de genes, o sea, de paquetes de información. Al parecer, somos poco más que una bolsa de crujientes aperitivos con una colorida sorpresa en su interior.

Al final va a resultar que somos un soporte de datos con pretensiones filosóficas que le sobrepasan ampliamente, una pequeña polilla que intenta comprender porque tiene que volar hacia la llama de una vela.

Una vez que asumes que estás vivo, muerto, o quizás ni existes, las cosas están meridianamente claras.

Con tan pocos factores despejados de la ecuación de la vida es imposible encontrar las respuestas a enigmas tan complejos, pero con el atrevimiento del ignorante, yo me aventuro a escribir de lo divino y de lo profano, otro privilegio de no estar en mis cabales.

¿Que subyace en el más pestilente fondo de una enfermedad mental?, el miedo; el mismo terror que paralizaba en las largas noches de invierno a nuestros ancestros al imaginar avivadamente la posibilidad cierta de ser devorado por una fiera, de desaparecer en un instante, sumergiéndose en la nada profunda y oscura.

Un enfermo de melancolía, o de delirios insanos, (como diría un viejo galeno), si desea recobrar la templanza; (otro asunto es definir el espectro que engloba la locura en sí), debe despojarse del miedo a la muerte, lo cual abarca el deterioro físico asociado indisolublemente a la vejez.

Bajo mi parecer, las pérdidas materiales, en cuanto acercan al individuo a la muerte física por falta de medios de subsistencia, es otro factor que encadena a la pérdida de objetividad.

 

Concluiré diciendo ,que al igual que un martillo puede ser una herramienta al mismo tiempo que un arma contundente y de inigualable efectividad en el desarrollo de su función destructiva, la maquinaria que nos proporcionó la naturaleza  y que nos da cierta ventaja evolutiva, como la posibilidad de prever acontecimientos tan lejanos que muchas veces nunca llegarán a suceder, también es esa arma de agudísimo filo  que nos hace ver las infinitas posibilidades de ser comida para seres en una posición más elevada en la cadena trófica. Somos poca cosa en este mundo repleto de bestias hambrientas, desde las bípedas otras de múltiples extremidades.

Yo he dicho siempre que la locura, aun siendo en leves y casi inapreciables proporciones, es el estado natural del ser humano.

La imaginación ha traído muchas desgracias por el mero hecho de dibujar escenarios poco tangibles, pero igual de desesperantes que la más férrea realidad. Asomarse al abismo trae muchos dolores de cabeza y es bien sabido, que desde ese mundo que conoceremos más pronto que tarde, alguien nos llama por nuestros nombres y si miramos fijamente a esa estación de final de trayecto nuestra calma desaparecerá y nos llamarán locos de atar.

Pero no todo está perdido, porque hay un arma infalible que puede revertir los síntomas de los delirios maniacos más exacerbados y que puede proporcionarnos las más resplandecientes alas para volar muy lejos de los insondables pozos de la desesperación.

Esa llama que ilumina las tinieblas despojándolas de las zonas en penumbras donde se esconden los monstruos acechantes se llama amor. Hablo de ese amor que no conoce distancias, leyes de la física y al cual no le importa lo más mínimo en el cúmulo estelar que habitamos.

Ese raro y preciado tesoro se encuentra, pero no se puede buscar. Surge detrás de unos ojos, de una sonrisa, o del gesto más simple y cotidiano.

Buda dijo: «El amor solo busca liberar a todos los seres por igual del sufrimiento y alcanzar la felicidad». Quien soy yo para llevarle la contraria a miles de años de sabiduría oriental. Así que la conclusión está clara: Amén hasta que todo sea luminoso y tengamos que llevar gafas de sol en lo más crudo del invierno arandino.

Casa Rural La Tarja

Salida el viernes 1 de diciembre a las 11.40 parking ambulatorio sur.

Llegada a Martin Miguel (Segovia) Casa Rural La Tarja y recibimiento de Victoria, la dueña de la casa con pastas.

Se repartieron dos grupos, 1 y 2. El uno hizo la comida: macarrones con carne picada y atún. Por la tarde visitamos el pueblo de a lado, Valverde del Majano.

Un pueblo de categoría, tenía de todo: frontón y pista de tenis, y varios polideportivos, ya llegando al bar se puso a granizar y cuando estábamos dentro cayó una tormenta impresionante y cuando nos íbamos dejó de llover. Tuvimos suerte pues nos acompañó el tiempo.

Llegamos a la Casa Rural y nos pusimos a hacer juegos de mesa. Después el grupo 2 fuimos a preparar la cena, tortilla de patata. Nos pusimos a comer y después de la cena algunos se pusieron a ver una película y otros nos fuimos a la cama.

El sábado por la mañana, estuvimos en el Alcázar de Segovia, que data de principios del siglo XII, es uno de los castillos medievales más famosos del mundo y uno de los monumentos más visitados de España. Por sus estancias han pasado veintidós reyes, además de algunos de los personajes más destacados de la historia. Nos costó encontrar aparcamiento. Cuando entramos en el Alcázar, todo lo que se veía era precioso, nada más al entrar lo primero que vimos fue armaduras de caballeros y soldados. La siguiente sala tenía unos cuadros preciosos y unos techos muy bonitos. Otra de las salas unos cañones y mesas. Se me ocurrió subir al torreón que tenía 140 peldaños de caracol, menos mal que a los 80 peldaños tenía un mirador y no sé cómo llegué ya que mis piernas ya no podían más. Otros compañeros subieron hasta arriba, yo me bajé y me fui con unos compañeros a tomar un café y ya nos juntamos todos y nos fuimos a la Casa Rural.

El quipo 2 hizo la comida; Arroz a la cubana. Tras comer salimos a visitar por la tarde el Castillo de Turégano

Hubo una construcción medieval con torres sobre la que se especula que fue de origen árabe; de esta época se conservan algunas torres y muros de tapial en lado norte del exterior del castillo.

Posteriormente el obispo Pedro de Agén, a finales del siglo XII inició la construcción, en este espacio fortificado, de la iglesia de San Miguel, de estilo románico.

En torno al templo se levantó la fortaleza-palacio a partir de 1471 a iniciativa del obispo Arias Dávila, que se ampliaría en diversas ocasiones. Más adelante, en el siglo XVI se perfeccionó la fortaleza con muros, acondicionados para la defensa con armas de fuego, y reforzados con torres cilíndricas.

En el centro del pueblo había un mercadillo Navideño y estuvimos viéndole y picamos un poco de todo y nos fuimos a tomar un café. Nos juntamos todos y de regreso a la Casa Rural, previo a la cena jugamos un bingo.

El equipo 1 preparo la cena: hamburguesas y perritos calientes. Después pasamos la noche viendo una película todos juntos y luego todos a la cama.

El domingo ya nuestro último día, desayunamos, recogimos la casa y preparamos los bocadillos y salimos a visitar el pueblo de Pedraza, con su castillo medieval y sus calles estrechas.

Castillo de Pedraza, en la provincia de Segovia fue construido en el siglo XIII, de origen romano y árabe. Está situado en una zona defensiva clave. Vimos el pueblo y pudimos comer todos juntos en un bar, luego fuimos a otro bar a tomar el cafecillo y vuelta Aranda que llegamos sobre las 17.30h.

Fue un fin de semana distinto, lleno de actividades, convivencia y lo pasamos muy bien.

Fdo. Doroteo Vegas Gutiérrez.

UN HECHO REAL 

De cara al cierre del año, queríamos haceros llegar el trabajo que realizamos desde el Programa de Itinerarios Personalizados de Inclusión Sociolaboral para Personas y Jóvenes con Discapacidad; pero este año nos hemos propuesto no aburriros con tecnicismos o datos; sino que queremos compartiros la experiencia de Marga, una antigua participante del programa que ha querido que conozcamos su historia en el programa de empleo de Salud Mental Aranda. 

“Mi historia con Salud Mental Aranda comenzó de forma casual, un día paseando me encontré con una compañera de trabajo y me comentó qué hacían en esta asociación; cursos de informática (internet), educación emocional, orden y limpieza, debates grupales, búsqueda de trabajo, etc.; y que te ayudaban en todas las situaciones que no te sepas desempeñar. 

Me puse muy contenta porque sabía que me iban a pasar cosas muy buenas y al día siguiente me presenté allí. Me recibieron con todo el respeto que merece todo ser humano; y haciéndome sentir que lo único que querían era ayudarme, y que con la asociación estaba acogida. 

Así empecé mi proceso de ir caminando con ellas, y en el transcurso, ellas me ayudaban a levantarme de mis situaciones y diluirlas con consejos y habilidades para solventarlas. 

Hoy en día, estoy trabajando en una empresa fuerte gracias a mi responsable que me animó mucho. Me va bastante bien porque estoy bastante segura de mí misma, porque en la asociación de “Salud Mental Aranda” me han fortalecido mentalmente con personalidad y luego en el trabajo ya saben que casi todo está informatizado y como nos han quitado el miedo a la informática pues todo va rodado, relaciones sociales, etc. 

A día de hoy, sigo con la asociación; y cada vez que tengo dificultades acudo a ellas y mi responsable me dedica un tiempo para mí, para escucharme y aconsejarme. 

NUNCA VOY A OLVIDAR SU DEDICACIÓN 

¡¡¡Gracias!!!” 

¿Te interesa participar? Ponte en contacto a través del teléfono 947.54.60.80 Ext.4 

LOS SECRETOS DETRÁS DE LOS VISILLOS

En un pequeño pueblo, de la España vaciada, de la que tanto se habla ahora, allá por los años 80, vivía la pequeña Ana, en el seno de una familia “normalita” para la época, con los recursos suficientes, no para caprichos.

Era una niña tímida, asustadiza, sentía miedo por muchas cosas que le hacían permanecer como en una alerta continua cuando se le acercaba algún hombre mayor del pueblo sobre todo el “tío Paco” o algún otro individuo que no le gustaba, que le hacía sentirse incómoda y algo en su interior le decía que se alejase. Ella no dormía bien, nunca lo dijo, tenía pesadillas, cuando se despertaba de ellas lo único que recordaba era el miedo que había pasado.

En el colegio no era de las niñas “guais” o “populares”, más bien todo lo contrario; su timidez y desconfianza le hacían permanecer en segundo plano. No se acuerda de mucho de esa etapa en el colegio ni de su infancia, la mayoría de sus recuerdos son sensaciones negativas o pequeños “flash” de alguna situación que le angustia y, que cuando aparecen en su mente no les deja que afloren, les guarda en su “baúl del olvido”.

Fuero pasando los años, seguía con sus miedos y su timidez, a veces, la cabeza le daba vueltas, pues veía y oía cosas que aun siendo pequeña sabía que no estaban bien, pero eran esas “cosas” de las que nunca se hablaba. Hasta que un día, ya en plena adolescencia, hablando con otras niñas del pueblo de sus cosillas de novietes, una de ellas comento a otra: “¿te acuerdas cuando éramos pequeñas y un día el tío Paco nos invitó a entrar con él en su corral, cerró la puerta y al momento apareció mi hermana y sus amigas? Y, ¿cómo nos sacaron de allí y le chillaron?” (nadie comentó nada, siguieron hablando de cosas de chicas). Fue entonces cuando la ya jovencita Ana recordó que una vez siendo muy pequeña, estando en el huerto con su madre apareció el tío Paco y viendo que su madre estaba atareada en preparar el huerto, quiso que Ana le siguiera ofreciéndole caramelos. Enseguida oyó a su madre gritar su nombre para que volviera y recuerda que cuando llegó a su lado, ésta le dijo muy enfadada que no se le ocurriese irse con el tío Paco a solas, ni con nadie. No obtuvo ninguna explicación más, en esa época si preguntabas por qué, la contestación era: “porque lo digo yo y punto”.

A raíz de ese día, Ana por fin supo de dónde le venía ese miedo, ese estado de alerta continuo y quizás su timidez, era por los “monstruos” (como años más tarde los llamó), que acechan a las niñas y las jovencitas del pueblo. “Monstruos”, que eran simpáticos y amables como el tío Paco, al que se le tenía gran aprecio en el pueblo; sobre todo muchas mujeres pues siempre les decía algún piropo.

Unos años después, Ana se fue a estudiar fuera de su pueblo, lejos, como muchos jóvenes de su época, con una de las becas que existían entonces. Para ella fue la oportunidad de alejarse de los “monstruos”. Decidió quedarse en el lugar donde estudió, buscó trabajo y organizó su vida.

Del tío Paco poco más supo, en una ocasión le comentaron que le habían pillado llevándose a una niña para el campo y se armó mucho revuelo en el pueblo, pero no creyeron a quien lo vio y dio la voz de alarma; dijeron que eran invenciones, ¿cómo iba a hacer eso un señor mayor. Ana se preguntó: ¿quedará alguna niña en el pueblo que no haya sentido el acoso de este individuo?

Años después de esto, en una de las llamadas habituales a su madre, ésta le comento que se había muerto el tío Paco, lo primero que se le vino a la cabeza a Ana fue: ¡ya era hora, por fin un “monstruo menos”!

Ana sigue con sus temores, con cierta desconfianza hacia algunas personas, se sigue guiando por su instinto sobre todo cuando le dice que se aleje de algo que le hace sentirse incomoda e incluso sentir miedo; sigue enviando sus “flash” de recuerdos al “baúl del olvido”.

(De aquel comentario de las amigas y de sus pocos recuerdos que enviaba al “baúl del olvido”, no dijo ni comentó nada, ¡de esas “cosas” no se hablaba!, era un tema tabú, en el pueblo se sabía que pasan, pero no se comentaban, es más se callaban; son parte de las “cosas” que pasaron en la llamada “España vaciada”, secretos que quedan detrás de los visillos)

 

Fdo. MUJER RURAL

 

Desde el grupo Sumando Voces femeninas, queremos añadir nuestras voces a relatos como el que cuenta la historia de Ana, para motivar y movilizar a otras mujeres en la lucha contra la violencia de género:

  • ¡Compañera quiero que te sientas apoyada, poderosa, valiente…! ¡Nosotras podemos, nosotras valemos! ¡Basta ya de violencia, tenemos que hacernos valer! Tenemos que ser felices.
  • Respétame, valórame.
  • Que el pasado no vuelva a tu vida. ¡¡¡Lucha!!!
  • Eres mujer de las mil batallas, luchadora, valiente. Una mujer que tiene que perder el miedo, empezar a ser ella misma y valorarse, pero sobre todo piensa en ti y se feliz. ¡¡A por todas, estamos orgullosas de ser mujeres!!
  • ¡No temas, el tiempo pone a cada persona y a cada cosa en su lugar! Las mujeres tenemos que romper con todos esos miedos y con todas esas barreras y empezar a ser felices.
  • Ahora nos toca ser felices, ahora toca seguir hacia adelante con valentía.

 

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