Dos participantes con experiencia propia de nuestra Asociación Salud Mental Aranda, desde abril de 2020, mantenemos una comunicación telefónica diaria.
Uno tiene el teléfono móvil y un portátil y tablet y el otro teléfono fijo.
En estos 11 meses a través del teléfono y del ordenador, hemos escuchado: canciones profanas y religiosas todas preciosas y normalmente con mensaje y de nuestra época, audiovideos sobre la autoestima, de psicología positiva, de salud física y de los beneficios del ejercicio físico y de la naturaleza, otros vídeos han sido de nuestra Asociación cuando han hablado en los medios de comunicación de radio o televisión, o de la Federación de Salud Mental Castilla y León, de deportes, o de los grabados con motivo del 20 aniversario de nuestra Asociación, también de cómo sentirse bien, de cómo superar la ansiedad, o de la amistad, hemos hablado también de nuestras familias, etc.
Uno de los dos a veces leía e-mails muy constructivos que había imprimido que le habían enviado los profesionales de la Asociación o leía escritos de los muchos apuntes que siempre toma cuando asiste a las clases o habla con los profesionales.
Esto nos ha venido muy bien especialmente cuando hemos estado confinados los primeros meses de la pandemia y actualmente, también repasamos lo que hemos hecho ese día que hablamos o preveemos los quehaceres de los próximos días.
Hablamos mucho de todo lo referente a nuestra Asociación y así a veces hemos hecho sugerencias a algún profesional para que lo tuviesen en cuenta que las han llevado a cabo.
Procuramos no criticar a nadie y así ver las posibles mejoras en la relación que tenemos con esas personas de las cuales hablamos
¿Qué conseguimos en esta comunicación?:
Apoyarnos mutuamente, estar de alguna forma acompañados, conocernos a fondo con sinceridad, crear lazos de amistad, prever en lo posible el futuro, cuidarnos, superar la ansiedad, valorarnos y valorar a los que conocemos, aprender el uno del otro. Es como una terapia.
Ninguno de los dos sentimos adicción a la llamada y a hablar, ni lo sentimos como una obligación. Siempre queremos que el otro se sienta mejor, de eso depende la duración de la llamada. No tenemos un tiempo fijo para comunicarnos.
El gasto que tenemos es mínimo, pues es una llamada que está bajo una tarifa de las que ofrecen actualmente estos servicios.
Es una experiencia de enriquecimiento mutuo. Nos ha servido para superarnos y también prolongar el espíritu de la Asociación que en ella compartimos en las clases presenciales y vemos los frutos de eso de una forma concretizada.
Te agradecemos que hayas leído y compartido nuestra experiencia.
Fdo. Alberto Blanco Platel y Carmelo Esteban Esteban